■ La escritora presentó un libro sobre la vida de la cantante española, famosa en los 50
Para Gloria Lasso estar en el escenario es desnudar el alma: Graciela Barbarino
■ “Pese a sus 10 matrimonios y amantes, irónicamente ella nunca tuvo el amor, al que le cantó”
Ampliar la imagen Gloria Lasso, en una imagen tomada del volumen (editado por Edamex) en los comienzos de su carrera, cuando soñaba conquistar Europa sin más armas que su voz
Graciela Barabino, en entrevista para La Jornada, define a Gloria Lasso como un clásico. “Fue una artista más que cantante, dominaba muy bien la escena, creo que es un ejemplo para los jóvenes”.
Autora del libro Yo, Gloria Lasso, presentado recientemente, explicó que la obra abarca desde los años dorados de las compañías discográficas hasta ahora, su decadencia. La edición puede ayudar a los jóvenes cantantes para saber qué hace a un artista. No sólo, decía Gloria, es bailar sobre el escenario, sino se trata de desnudar el alma.
Gloria Lasso (España 1922, México 2005) triunfó en los años 50; contemporánea de Edith Piaf y rival de Dalida, alcanzó el éxito en París con discos como Amour, castagnettes et tango (1955); Etranger au paradis (1956), versión francesa de Stranger in paradise, de Tony Bennett, y primer disco en vender un millón de ejemplares en Francia; Buenas noches mi amor (1957) y Bon voyage (1958). En México cantó con los grandes de la época y vivió sus últimos años.
Hechos inéditos de una exótica vida
Yo, Gloria Lasso, informó Barabino, cuenta hechos inéditos de la exótica vida de su protagonista, los cuales se mantuvieron ocultos hasta ahora por miedo a perder el glamur. Además habla de las contradicciones de la vida, de cómo a pesar de haber vendido 150 millones de discos a lo largo de su trayectoria –más de 50 años– acabó en la ruina, o cómo las disqueras se quedaron con la mayor parte de su dinero. “El libro tiene ese lado humano de lo que es el mundo del espectáculo, de todo lo que hay detrás de él. En 2004 la tv francesa hizo un documental sobre ella, y como no tenía casa, ella pidió prestada la de un amigo de su hija, María José, para hacer creer a toda Francia que ésa era su residencia; no quería mostrar su realidad, murió en un departamento de interés social que le prestó su yerno. Decía que la gente no quería ver el fracaso económico de su artista. La importancia del libro es mantener viva a una cantante clásica.”
Barabino agregó: “Hay una parte del libro que relata cómo es una artista que se hizo sola, desde la guerra civil española, su huida de los republicanos hacia Zaragoza, donde tuvo que comer ratones, raíces y agua de los charcos, hasta su llegada a Francia. Sobrevivió y llegó a triunfar en la capital artística de esa época: París, donde realmente alcanzó la fama. A partir de eso participó con todos los cantantes importantes de la época: Edith Piaf, Charles Aznavour, Gilbert Bécaud, Frank Pourcel, Paul Mauriat y Frank Sinatra; Pedro Vargas, Lola Beltrán, Armando Manzanero y Olga Guillot, entre otros exponentes”.
Por medio del libro, acota la escritora, “nos damos cuenta de los pantalones que tenía, pues siendo española y habiendo alcanzado el triunfo en París, está mujer se coronó en el Teatro Olimpia en seis meses, lo cual dio muchos celos a muchos franceses, quienes la catalogaban como la pequeña españolita, cuando ya había vendido un millón de discos de Extraños en el paraíso, uno de sus discos más exitosos”.
Precisa que Yo, Gloria Lasso, “no es una biografía, no tiene un orden estrictamente cronológico; tampoco es una historia novelada ni únicamente contiene la vida glamorosa de la cantante: me basé en aspectos que no se habían abordado en los otros dos libros que se escribieron sobre ella; de ahí saco alguna información y a partir de ahí hago una serie de entrevistas basadas en sus diarios, por eso la obra es fresca. Gloria escribía sus memorias dos o tres veces por semana, como una especie de diario. Yo la visitaba porque su deseo era dar su último testimonio. A lo largo de un año fui a verla puntualmente los jueves, y charlábamos durante tres horas; ella sacaba sus diarios y los leía para mí, yo le hacía algunas preguntas, de tal forma fue tomando estructura el libro. El archivo fotográfico me lo dio su hija”.
Comenta que en las charlas que sostuvo con Gloria Lasso descubrió que de vez en cuando la cantante sacaba a la niña que tenía dentro y que pocas veces dejaba salir. Recuerda que, a pesar de que se le llamaba devoradora de hombres, por sus 10 matrimonios y sus amantes, y de que juntó a varias generaciones de enamorados con sus canciones, irónicamente nunca tuvo al amor de su vida, pues el periodista francés de quien se enamoró profundamente la decepcionó y le robó. Nunca alcanzó el amor al que siempre le cantó.
Gloria es ejemplo a seguir. Hay que recordar que en la época en que se formó no existía la liberación femenina. Siempre tuvo fe en sí misma, pese a que nunca fue reconocida. Llena de vitalidad, a los 80 años seguía organizando conciertos; siempre mostró una voluntad férrea, que le permitió derribar obstáculos, concluye la escritora.