■ Parece que se lucra con el dolor de las familias de las víctimas de secuestro, reprochan
Rechazan en San Lázaro la propuesta del Verde de debatir sobre la pena de muerte
La propuesta de reimplantar la pena de muerte contra secuestradores, delincuentes y policías corruptos unificó criterios en su contra entre PAN, PRD y Alternativa en la Cámara de Diputados, y acarreó también repudio de algunos legisladores priístas. Al conjuntarse una mayoría poco vista en San Lázaro, la iniciativa del Partido Verde fue rebatida con múltiples argumentos, entre ellos el de la voracidad de los verdes por capitalizar electoralmente un tema tan delicado, y su sumisión al PRI, del que aceptaron la propuesta sin meditarla siquiera.
La debacle de la iniciativa del PVEM se prefiguró con el rechazo mayoritario a un punto de acuerdo que la Junta de Coordinación Política presentó ante el pleno camaral con objeto de “realizar foros para analizar el catálogo de delitos graves, el incremento de penas y la pertinencia de incorporar la pena de muerte como medida para combatir la delincuencia”. El texto fue avalado por Javier González Garza, Héctor Larios, Emilio Gamboa, Gloria Lavara, Silvia Luna y Ricardo Cantú, mientras Marina Arvizu Rivas y Alejandro Chanona Burguete no aceptaron signarlo.
Verónica Velasco, del PVEM, adujo que su partido modificó sus principios –que se manifestaron contra la pena de muerte en 2005– por lo siguiente: “la población reclama, desde hace tiempo, acciones firmes y decididas para enfrentar [el hampa] y no podemos ignorar que un importante sector se ha pronunciado en favor de la reimplantación de la pena de muerte en el país”.
De inmediato, el panista Juan José Rodríguez Prats reclamó la ambigüedad de los verdes. “Esto me parece grave y me parece modificar posiciones de partido que no nos ayudan a consolidar la calidad de nuestra democracia y la calidad de su clase política. Los exhorto a que no nos dejemos engañar, porque sabemos que no hay sendero más estrecho que la mente de un fanático; eso es lo que nos está indicando, y de ahí proviene esta iniciativa”.
El priísta Jericó Abramo Masso argumentó en favor del tema: “No le demos la vuelta a nuestra obligación constitucional; que la Cámara está para debatir; que esta propuesta abre la posibilidad a que vayamos a los foros. Lo que sí, es que nuestra obligación como constituyentes es que podamos debatir. No sé por qué nos da miedo debatir un tema tan importante. Vayamos a los foros. Creo que es de suma responsabilidad, de muchísima seriedad. Insisto, es un tema bastante serio que requiere que todos opinemos [...] que llevemos el sentir de la ciudadanía”.
Valentina Batres, del PRD, siguió el sendero del reclamo a la idea de la pena de muerte, porque “debería ser un tema amplio, de discusión sobre la seguridad pública en el país, con el objeto de tomar las medidas legislativas pertinentes, porque en este asunto de la pena de muerte parece que se está lucrando con el dolor de las familias de las víctimas de secuestro”.
Xavier López Adame de los verdes, la emprendió contra todos: “los que gobiernan este país, sí, tienen sometido al país en la violencia más absoluta. Hay aquí quien está a favor del aborto, pero está en contra de la pena de muerte. Qué curioso que se argumenta sobre la libertad de las mujeres para decidir sobre su propio cuerpo y de esa forma no permitir a un feto que nazca. Se ha dicho aquí también que renunciamos a nuestros afanes humanistas…disculpen la comparación, pero yo no he visto ninguna foca, ningún toro o ningún otro animal cometiendo las atrocidades que comete el ser humano. Somos capaces de atentar en contra de los miembros de nuestra propia especie de forma reiterada y consciente”.
El priísta José Murat se opuso al PVEM: “La pena de muerte no es solución, no es ni al final del camino una posibilidad. Más sangre para enfrentar la sangre,, me parece verdaderamente torpe, equivocado, arcaico, primitivo, de la edad de piedra. Este es un debate que ya se dio y quedó allá, en los anales de la historia de México”.
Elevando la voz, acometió contra López Adame. “No estoy de acuerdo cuando se señala que alguien o algunos son los responsables. Los responsables somos todos los mexicanos. Los de hace 30 años, los de hoy, tenemos responsabilidad de lo que está aconteciendo en la patria. La patria está ensangrentada y somos corresponsables”.