■ El premier Caramanlis pide a todos los partidos una condena unánime al vandalismo
Se agrava la violencia en Atenas; asedian el Parlamento en el sepelio del joven asesinado
■ La izquierda exige la renuncia de gobernantes
■ Sindicatos reiteran llamado a un paro general
Ampliar la imagen Al menos 200 personas han sido detenidas en los cuatro días de protestas que se han extendido en unas diez ciudades de Grecia a raíz del asesinato de un adolescente durante una riña con la policía. La imagen, ayer en Atenas tras el funeral del joven ultimado Foto: Reuters
Atenas, 9 de diciembre. La violencia se recrudeció hoy en Grecia durante el multitudinario sepelio de Alexis Grigoropoulos, el adolescente asesinado por la policía el pasado sábado. Miles de personas asediaron la sede del Parlamento en Atenas y se enfrentaron con la policía también en Salónica. Por lo pronto, la oposición socialista pidió la dimisión de los gobernantes y convocar a elecciones anticipadas, mientras el primer ministro, el conservador Costas Caramanlis, reiteró el llamado a la unidad nacional, pidió una condena unánime a “la violencia, los pillajes, el vandalismo”, y calificó de “enemigos de la democracia” a los manifestantes.
En la cuarta jornada de lo que ya es considerada la mayor revuelta popular desde la caída de la junta militar en 1974, miles de estudiantes, profesores y militantes de izquierda se volcaron a las calles de Atentas y Salónica, segunda ciudad más importante del país, en reclamo de justicia en el caso de Alexis Grigoropoulos, de 15 años, quien murió el sábado pasado cuando un policía, que ya está detenido, le disparó durante una riña.
Los incidentes de este martes estallaron poco antes del funeral de Grigoropoulos, cuando cientos de jóvenes se separaron de una manifestación frente al Parlamento para enfrentarse a la policía con piedras y botellas, a lo que los uniformados respondieron con gas lacrimógeno para impedir que la multitud irrumpiera en la sede del Congreso.
El entierro por la tarde en Paleo Faliro, periferia de la capital griega cerca del gran puerto de Pireo, al que asistieron más de seis mil personas, se llevó a cabo en una relativa calma. Varios jóvenes gritaron “¡policías, cerdos, asesinos!” cuando se daba sepultura al ataúd.
“Alexis, estás vivo”, proclamaban otros mientras la gente aplaudía, siguiendo la tradición de los entierros griegos, en un acto transmitido por la televisión local, pese a la oposición de la familia.
Al final del sepelio, en los alrededores del cementerio, decenas de jóvenes quemaron botes de basura en una calle comercial. Las fuerzas del orden los dispersaron con gas lacrimógeno.
Poco después hubo incidentes en el centro de la capital griega, cuando grupos de jóvenes lanzaron piedras contra los escaparates de algunos comercios y dañaron vehículos estacionados.
En Patras, al oeste, unas 500 personas atacaron el edificio de la dirección de la policía con piedras y artefactos incendiarios.
También se reportaron incidentes en el barrio universitario de Salónica, según reportes de prensa.
Las escuelas de enseñanza media y superior de toda Grecia permanecieron cerradas este martes en señal de duelo por decisión gubernamental y la crisis –que ha debilitado al gobierno del primer ministro Costas Caramanlis– adquirió un mayor cariz político.
Al menos 200 personas han sido detenidas y 50 han resultado heridas en los cuatro días de protestas que se han extendido al menos a diez ciudades de este país de 11 millones de habitantes, incluidas las islas turísticas de Creta y Corfú; cientos de edificios y comercios han sido quemados o destruidos, en su mayoría en Atenas.
Manifestantes griegos ocuparon en forma pacífica el consulado de su país en París.
A su vez, el premier conservador reiteró hoy la criminalización de las protestas al asegurar que los manifestantes son “enemigos de la democracia”. En un mensaje al país, dijo que “hechos trágicos” no deben servir para desatar la violencia y causar daños, y pidió a los líderes de los partidos políticos una condena unánime a los actos de violencia y llamó a los sindicatos suspender el paro de 24 horas previsto para este miércoles.
Caramanlis, que informó al presidente Karolos Papoulias sobre la situación, comenzó una serie de reuniones de emergencia para estudiar la forma de detener los disturbios.
Algunos medios de prensa señalaron que el gobierno podría establecer el estado de excepción en caso de que “la anarquía” continúe.
En todo caso, el jefe de la oposición socialista, Georges Papandreou, rechazó el llamado a la unidad lanzado por Caramanlis. “El gobierno (relegido en septiembre de 2007) ha perdido la confianza del pueblo, dijo Papandreou, y lo único que puede hacer es dimitir y dejar que el pueblo dé su veredicto”.
El estallido de violencia juvenil ha puesto en dificultad al gobierno, de por sí desestabilizado por varios escándalos, la crisis económica y el desempleo.
Por primera vez desde hace cinco años, los sondeos dan una ventaja al Pasok, el gran partido opositor socialista, respecto de los conservadores.
Así, los sindicatos mantuvieron la convocatoria, lanzada antes del asesinato del joven, a un paro general para este miércoles en rechazo a la política de austeridad del gobierno.