■ Los distribuidores, “principales beneficiarios” de la especulación
Podrían desaparecer 50 mil empleos en el sector farmacéutico: Anafarmex
La negociación de precios de medicamentos que se realizó en el sector público tendría que repetirse en el privado para terminar con la especulación que beneficia a los distribuidores, afirmó Antonio Pascual Feria, presidente de la Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex).
Dijo que a causa del “desorden” que existe en el mercado y la desventaja en que se encuentran los pequeños negocios, podrían desaparecer 50 mil empleos en los siguientes dos o tres años, con lo que también se cancelaría la posibilidad de que la red de farmacias surta las recetas de los afiliados al Seguro Popular, como se ha propuesto desde el sexenio pasado.
En conferencia de prensa, Pascual Feria señaló que de las 20 mil farmacias que hay en el país, 80 por ciento son pequeñas y medianas empresas y concentran 60 por ciento de las ventas del mercado privado. Sin embargo, debido a las “prácticas no sanas”, paulatinamente han visto disminuidos sus inventarios.
Explicó que los precios en que deben comprar las medicinas no son competitivos ni les permiten ofrecer a sus clientes el mismo nivel de descuento que se encuentra en las grandes cadenas de farmacias.
Comentó que debido a la estructura de comercialización existente en el país, las cotizaciones se fijan a partir de un “precio máximo al público”, sin importar que éste se ubique más de 40 por ciento arriba del costo de fabricación. En este esquema, son los distribuidores los que obtienen los mayores márgenes de ganancia, apuntó el empresario.
Si, por el contrario –señaló–, los precios de las medicinas se fijaran “desde abajo”, empezando por el costo de su elaboración y con un margen “racional” de ganancia para el distribuidor, de aproximadamente 7 por ciento y de 15 por ciento para las farmacias, se lograría un escenario real.
Para ello, Pascual Feria mencionó la posibilidad de crear una comisión coordinadora para la negociación de precios de las medicinas que se venden en el sector privado. Descartó que la iniciativa pretenda coartar la libertad de empresa, congelar o controlar las cotizaciones. De lo que se trata –dijo– es de tener una política clara para la comercialización de fármacos.
Advirtió que luego de varios años en que él mismo ha señalado esta problemática, “sin que haya sido atendida por autoridad alguna, ahora nos encontramos en el límite, el punto cero”. De no hacer nada –advirtió–, en los siguientes años se empezarán a ver las consecuencias con el cierre de farmacias y la pérdida de empleos.