Cinco estampas guadalupanas
Ampliar la imagen
Foto: Francisco Olvera
Ampliar la imagen
Foto: Francisco Olvera
Ampliar la imagen
Enrique González, uno de los 80 participantes de la décima peregrinación del pueblo de San Felipe, Puebla, comenzó su manda de hinojos desde el inicio de Calzada de Guadalupe; le tomó seis horas llegar a su destino. Evidentemente agotado y con las rodillas a punto de sangrar, pidió a la Virgen Morena “que una a mi familia, porque a mis cinco hermanos y tres hermanas nos ha ido muy mal económicamente, y eso ha provocado que tengamos muchos problemas entre nosotros”. Enrique, de 25 años, trabaja en un taller eléctrico automotriz y ésta es su sexta participación en la peregrinación anual; sueña con tener un coche para llevar de paseo a su mamá. Espera que la virgen le cumpla este anhelo
Foto: Francisco Olvera
Hasta la tarde noche de ayer, en el aniversario 477 de la aparición de la Virgen de Guadalupe, la cifra de peregrinos llegó a 5 millones 639 mil 500, quienes acudieron a pagar mandas, elevar una plegaria para pedir por salud o el buen restablecimiento de alguna enfermedad; otros más, para conseguir empleo, alejar de las adicciones a un ser querido, por la unión familiar, para lograr el perdón de alguna promesa incumplida o conseguir el amor mal correspondido.
Aquí compartimos cinco historia de las innumerables que mantienen intacta la devoción del pueblo mexicano profesada a la Virgen de Guadalupe.
Que remonte La Máquina
Rosa María Aceves, quien porta un ayate como capa, cruza de rodillas el Puente Papal; al concluir su recorrido en el atrio de la Basílica, se incorpora. Ya de pie, descubre una playera del Cruz Azul, equipo que perdió contra el Toluca dos goles a cero el partido de ida por el campeonato de futbol mexicano. Menciona: “Vine a pedirle a mi Santa Madre que aleje a mis hijos de la piedra, que los está consumiendo, y de paso a que me haga el milagro para que La Máquina remonte el marcador el próximo domingo”. Rosa María es ama de casa y vive en el Distrito Federal, tiene tres hijos: Manuel, Víctor y Juan.
“Luego regreso, voy a ver a La Morenita”
Juan Sandoval, al borde del desfallecimiento, logra completar su peregrinar. Al llegar al atrio suelta el llanto, se persigna e intenta ponerse de pie, pero las piernas no le responden. Dos muchachos se percatan y le brindan ayuda, lo trasladan a la enfermería para curarle las rodillas que ya muestran la epidermis. Sandoval es originario de Tabasco; realizó la proeza para pedir a la Reina de México el restablecimiento de su hijo Andrés, de ocho años de edad, a quien sometieron a una cirugía por un problema cardiaco, y cuyo estado es delicado. “Vine solo; únicamente le dije a mi esposa: ‘luego regreso, voy a ver a La Morenita’”
Asesinos y secuestradores también le rezan
Entre las celebraciones de ayer, a las 12 del día, durante la homilía de la Bendición de las Rosas en la Basílica de Guadalupe, el cardenal Norberto Rivera Carrera dijo en su sermón que la Guadalupana también “habita en los corazones de quienes idolatran el dinero, el odio, la corrupción, la mezquindad de los asaltos, los secuestros y asesinatos, así como en los que viven en la suciedad de la promiscuidad, la violencia y la injusticia”.