■ Violación de niño, consecuencia de la falta de recursos: director

Sólo un custodio por cada 60 internos en el Reclusorio Norte

■ Oficia Norberto Rivera misa de fin de año en el centro penitenciario

Agustín Salgado

José Luis tiene 33 años, hace más de cinco ingresó al Reclusorio Norte (Reno) y aún le faltan 21 para cumplir su condena. Nancy es su pareja y también tiene 33 años.

Él es homicida confeso y desde hace varios meses se capacita como corrector de estilo. Actualmente trabaja en el proyecto que el editor Fernando Valdez puso en marcha durante su reclusión.

Ella es una mujer con ideas claras. Cuando le dictaron a José Luis el auto de formal prisión tomó una decisión y se la hizo saber: “Yo te conocí caído y no te voy a dejar caído. Soy tu esposa y vámonos para adelante... hasta donde sea”.

Ayer celebraron su boda religiosa. Fue en la explanada del centro de readaptación social. Además de su boda hubo un bautizo, una primera comunión y una confirmación.

“Son 27 años y medio, pero como soy primodelincuente, vengo confeso y aprovecho todos los programas que la institución me ofrece, espero salir antes”, dijo José Luis.

Ella porta un vestido color hueso y él viste de beige, que es el color obligatorio. Tienen dos hijos: Alejandro, de 10 años, y Evan André, de uno.

“Nos conocimos a los 17 años. Cuando fue encarcelado ya habíamos formado una familia y desde que él está aquí nos hemos fortalecido como pareja”, abundó Nancy.

José Luis es de los pocos reclusos que tienen acceso al Sistema de Industria Penitenciaria pues apenas uno de cada cuatro reos del Reno son “internos laboralmente activos”.

La boda se realizó en el contexto de la misa de fin de año que celebró, en el patio del reclusorio, el arzobispo Norberto Rivera.

El centro de readaptación social tiene una sobrepoblación superior a 110 por ciento, pues alberga a 11 mil 790 internos y tiene para 5 mil 487.

Hace poco, durante un día de visita, un menor de edad fue violado al interior del Reno. La víctima, de nueve años, acudió con su madre a visitar a su papá. Los adultos decidieron mantener una relación sexual y “alquilaron” una de las cabañas que se instalan de manera ilegal en el patio central.

Durante el encuentro “encargaron” a su hijo con otro interno que aprovechó la situación para violarlo.

Al término de la boda religiosa se le preguntó al director del reclusorio, Fernando Alonso Villanueva, en qué habían fallado las autoridades: “No fue un fallo. Es una insuficiencia de recursos que padece el sistema penitenciario, pues actualmente hay una proporción de un custodio por cada 60 internos”, respondió.

La ceremonia de ayer se realizó en el patio central, pero a diferencia del 20 de noviembre, cuando fue violado el menor, ahora las autoridades no permitieron la instalación de las cabañas. La razón de prohibirlas no fue para hacer respetar el reglamento sino por la presencia del líder religioso.