Reporte Económico
Radiografía fiscal de México (1/3)
Cuando hace ya más de un cuarto de siglo los fundamentalistas del libre mercado se hicieron del poder en México, la iglesia no cayó en manos de Lutero, pero el estado sí en manos de sus peores enemigos. El propio gobierno acuñó la frase del estado obeso como slogan justificatorio del desmantelamiento, entrega y privatización de prácticamente toda la estructura económica pública construida en el medio siglo previo. Lo peor de este saqueo nacional fue que el país y la sociedad perdieron mucho y no ganaron prácticamente nada. Hoy el Estado no es obeso, es anoréxico, y una de sus peores anemias es la fiscal.
En su más reciente actualización de Tax Revenue Trends 1965-2007, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) actualiza sus estadísticas fiscales y modifica algunas cifras previas.
Tomando 2006 (último año con cifras completas), los 30 países integrantes de la OCDE recaudaron en promedio el 35.9% de su PIB; México es el país miembro con el peor desempeño recaudatorio con sólo 20.6% de su PIB, muy lejos del promedio y lejísimos de lo que captan los países socialmente más avanzados como Noruega (43.9%), Francia (44.2), o Suecia y Dinamarca (49.1% de su respectivo PIB ) (Gráfico 1).
Pero además, este 20.6% de México es sumamente endeble. Quitando las aportaciones a la seguridad social (3.1% del PIB) (Gráfico 2), México sólo capta 17.5% por la vía fiscal a través de impuestos, derechos, productos y aprovechamientos, lo cual incluye enormes gravámenes al petróleo que están en vías de extinción, pues el país no puede ya seguir siendo exportador de crudo a riesgo de quedarse sin petróleo (y sin opciones energéticas) en ocho o nueve años. De hecho, por el Impuesto sobre la Renta (ISR), el más importante y equitativo, México sólo captó en 2006 según la OCDE el 5.2% de su PIB cuando en promedio los países miembros captan el 13%.
En un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), recién publicado el pasado noviembre con el título Tributación Directa en América Latina: Equidad y Desafíos. Estudio del caso México y cuyo autor es Daniel Álvarez Estrada, se expone que en 2007 los ingresos totales del gobierno federal representaron el 20.3% del PIB, siendo de origen tributario (impuestos) únicamente el 10.3% del PIB (Gráfico 3).
En un comparativo de dos años antes (2005) para América Latina, el estudio anota que por impuestos exclusivamente, los países de la OCDE captaron en ese año el 25.1% de su PIB, América Latina el 14.4% y México sólo el 9.7% (Gráfico 4), la peor captación de la Región salvo Panamá (9.0%); y se destaca que por Impuestos Directos la OCDE captó en promedio 13.4% del PIB (México sólo el 4.8%), de los cuales por ISR a la ganancia empresarial la OCDE captó 3.4% (México 2.4) y por ISR al ingreso de las personas 9.4% (México el 2.2%).
Esta última captación sobre el ingreso de las personas es tan baja e insuficiente que prácticamente no impacta en la inequidad de la distribución del ingreso entre las familias mexicanas, pues si el 10% de éstas (decil X) recibió en 2006 antes de impuestos y gasto público “redistributivo” el 35.9% del ingreso total, después de impuestos y gasto aun conservó el 33.9 (Gráfico 5), lo cual demuestra que el sistema fiscal mexicano no cumple con sus funciones ni en cantidad (captación suficiente) ni en calidad (función redistributiva), siendo un vehículo más que perpetúa la enorme desigualdad social que abruma hasta la vergüenza a nuestra Nación.
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