Usted está aquí: lunes 15 de diciembre de 2008 Estados Admiten negligencia de Profepa en el parque Cumbres de Monterrey

■ Se permitió crecimiento urbano desordenado y proliferación de obras ilícitas: subprocurador

Admiten negligencia de Profepa en el parque Cumbres de Monterrey

■ Hay aproximadamente 100 hectáreas afectadas; la situación es “peor que en Tulum”, asegura

■ Se han clausurado fraccionamientos y terrenos; los que incumplan requisitos serán demolidos

Angélica Enciso L.

Ampliar la imagen La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente reconoció que en el parque nacional Cumbres, en Monterrey, Nuevo León, se han construido en forma irregular mansiones con caballerizas, albercas y grandes jardines, a pesar de ser una zona protegida La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente reconoció que en el parque nacional Cumbres, en Monterrey, Nuevo León, se han construido en forma irregular mansiones con caballerizas, albercas y grandes jardines, a pesar de ser una zona protegida Foto: La Jornada / Archivo

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) no tomó medidas “contundentes” ante el crecimiento urbano desordenado en el parque nacional Cumbres de Monterrey, reconoció Ramiro Rubio Ortiz, subprocurador de Recursos Naturales de la dependencia.

Aseguró que en ese lugar hay alrededor de 50 construcciones irregulares, entre ellas 35 residencias con caballerizas, albercas y amplios jardines.

Estos fraccionamientos y casas serán inspeccionados, y si carecen de permisos serán clausurados. Hasta ahora se han realizado 15 cierres temporales.

Este parque –el más grande del país, con 177 mil hectáreas– está entre los estados de Nuevo León y Coahuila. Sus principales atractivos turísticos son las cascadas Cola de Caballo y Potrero Redonda. Sus climas van del semiseco templado al templado subhúmedo y húmedo con lluvias en verano, y es la fuente de agua de Monterrey, según la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio).

En la zona, amenazada por la deforestación, la urbanización y la contaminación, hay pinos y encinos, agaves, chaparrales y pastizal inducido, además de variedades endémicas de peces y aves amenazadas como el halcón peregrino y el halcón cola roja, además de la cotorra enana, el loro tamaulipeco y la paloma de alas blancas. También hay mamíferos como el oso negro, el venado de cola blanca, la zorra gris y pumas.

El funcionario explicó que en el parque se han aplicado dos decretos. El primero, de 1939, definió una superficie de 246 mil 500 hectáreas, y el segundo, que entró en vigencia en 2000, la redujo a 177 mil hectáreas debido al crecimiento de la ciudad.

Además, muchos propietarios se ampararon y el gobierno perdió numerosos casos, entre ellos los correspondientes a la zona Valle de Reyes, que se encuentra en medio del parque y donde no se han introducido servicios, pues ello afectaría el área natural protegida, consideró.

La Profepa ha aplicado nueve clausuras temporales a fraccionamientos y seis a predios. Los últimos cierres fueron en las obras del fraccionamiento Misión de San Agustín, debido a que la inmobiliaria Condominio Misión de San Agustín realizó trabajos sin tramitar la resolución de impacto ambiental y la autorización de cambio de uso de suelo en terrenos forestales, que expide la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Rubio Oriz detalló que las clausuras sólo se levantarán cuando los propietarios presenten la documentación requerida; de lo contrario las construcciones deberán ser demolidas.

“La situación del parque nacional Cumbres de Monterrey es peor que la de Tulum. Es el primer parque nacional del país, el más grande, y encontramos un sinnúmero de construcciones de gente de recursos económicos.”

Sin embargo, el funcionario reconoce que ha habido omisiones de las autoridades. “Le he dicho a la gente de la delegación (de la Profepa) que no es posible que estén en la ciudad, que Cumbres esté casi a la puerta y que no se haya inspeccionado”, aseveró.

Precisó que hay obras previas a la declaratoria que podrán conservarse, pero las hechas a partir de 2000 serán clausuradas. “Si permitimos que sigan desarrollándose y que vean que no pasa nada, la zona central desaparecerá. Se están acabando el parque. Hay aprovechamientos ilícitos, construcciones irregulares. Si reunimos todo suma unas 100 hectáreas afectadas. El objetivo es revisar toda el área.”

Agregó que hay 97 sitios prioritarios, pero “los casos patéticos son Cumbres de Monterrey y Tulum”; sin embargo, se ha dejado sola a la Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas. Apuntó que se empezó en estos lugares debido a las denuncias y a que se trata de sitios emblemáticos.

 
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