■ Desde temprano comenzó la actividad de los vendedores
En calma transcurrió la convivencia afuera del estadio Nemesio Diez
Toluca, 14 de diciembre. Temprano amaneció en el estadio Nemesio Diez porque la zona era ya una locura a las 9:30 de la mañana, hora en que se abrieron las puertas al público.
Miles de aficionados estaban allí en espera del partido y también instalados numerosos puestos.
Los anafres ardían con barbacoa, tacos y las infaltables tortas de chorizo. Recuerdos hubo al por mayor, con gorros, pulseras, chamarras, máscaras, llaveros, almohadones, tiras de chorizo hechas con tela, cuernos y playeras ya preparadas para el triunfo.
“Llévele, llévele, tengo el nuevo modelo”, gritaban los vendedores ofreciendo la playera del Deportivo Toluca con la novena estrella ya incluida.
No sólo el comercio aprovechó la ocasión, el Partido Revolucionario Institucional distribuyó numerosas playeras rojas que por delante decían “Diablo de corazón” y por detrás “priísta por convicción”.
También los vendedores de “accesorios para coches” reemplazaron a las ahora comunes astas de reno por cuernos rojos con su cola para hacer juego.
Antes del duelo todo transcurrió en calma y no se registraron incidentes importantes. Tres mil 150 elementos de seguridad fueron asignados entre policía estatal, municipal, vialidad y agencias privadas, reportaron las autoridades.
Pese a la vigilancia, hubo reventa hasta en los ingresos principales. Aunque fue más discreta que en el estadio Azul, enfrente de los uniformados se ofrecieron boletos de general y preferente desde 700 hasta mil 500 pesos y hubo quien reclamó que les vendieron entradas falsas.
Las porras cementeras, de unas mil personas, por boletos de intercambio entre directivas, se concentraron en las afueras de la ciudad y después fueron escoltadas hasta el inmueble.