México SA
■ Crisis financiera y desaceleración mundiales pintan un 2009 nada grato
■ AL seguirá como la región más desigual del orbe
■ Aumentarán pobreza e indigencia
Pasan los años, aumentan los discursos, aplauden la “efectividad” y “equilibrios” proporcionados por la democracia, pero el hecho es que al cierre de 2008 la calificación no ha cambiado: América Latina se mantiene como la región más desigual del mundo, lo que no precisamente avala la presunción de que la década pérdida “por fin fue superada”, ni mucho menos la “nota de excelencia” que para sí reclaman –cada cual con sus artes– los gobiernos regionales.
La cama se ha tendido para que en 2009 dicha calificación empeore en grado sumo. De hecho, el propio organismo que confirma a la región como la más desigual del orbe, la Cepal, lanza la advertencia: “la crisis financiera internacional y la consiguiente desaceleración de la economía mundial tendrían efectos (al alza) sobre los niveles de pobreza, lo que siembra dudas sobre la factibilidad de alcanzar la meta fijada para 2015 (las llamadas “metas del milenio” fijadas por la ONU).
Entre otros muchos factores que otorgan a América Latina la primera posición internacional en desigualdad, destaca la brecha de ingresos entre los grupos más ricos y los más pobres. Para el caso mexicana, en 2007 fue de 20 veces, las mismas que en 2002, un periodo en el que el gobierno panista, con sus dos caretas, no ha dejado de presumir “los grandes avances en favor de los pobres”.
Así, el organismo regional subraya que avanzar hacia una mejor distribución del ingreso y otros activos sigue como “una de las tareas pendientes más importantes en el futuro. La notable disparidad distributiva que caracteriza a los países de América Latina puede percibirse al comparar la relación de ingresos entre el decil más rico y los cuatro deciles más pobres, y entre el quinto quintil (es decir, 20 por ciento de hogares situados en el extremo superior de la distribución) y el primer quintil”.
De acuerdo con el primero de estos índices, el ingreso medio por persona de los hogares ubicados en el décimo decil supera alrededor de 17 veces al de 40 por ciento de hogares más pobres. Esta relación es altamente variable de un país a otro y va de unas nueve veces, en Venezuela y Uruguay, hasta 20 en México y 25 veces, en Colombia. Por su parte, el ingreso per cápita del quintil más rico supera en promedio 20 veces al del más pobre, con un rango que oscila entre 10 veces (Uruguay) y 33 veces (Honduras).
La evolución de la estructura de la distribución del ingreso entre 2002 y 2007 (las cifras más recientes) muestra tres situaciones claramente diferenciadas. Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Venezuela “presentan una importante reducción de la brecha entre los grupos extremos de la distribución, tanto por el aumento de la participación en los ingresos de los grupos más pobres como por la pérdida de participación de los hogares situados en la parte más alta de la escala de distribución”. Las disminuciones más importantes de ambos indicadores se presentaron en Venezuela, donde alcanzaron 36 y 41 por ciento, respectivamente. También se lograron mejoras importantes en Bolivia, Brasil y Nicaragua, de 30 por ciento en ambos indicadores.
Un segundo grupo de países, constituido por Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú y el Uruguay, se caracteriza por un “relativo” estancamiento de su estructura distributiva. Aun cuando en la mayoría de ellos las brechas han tendido a reducirse, las eventuales variaciones no han sido suficientemente significativas. A su vez, en Guatemala, Honduras y la República Dominicana aumentaron las brechas entre grupos extremos de la escala de distribución.
La mayor parte de las mejoras distributivas que exhiben algunos países se generó en la evolución de los ingresos del trabajo. De hecho, los aumentos de las remuneraciones al trabajo fueron el principal factor en el crecimiento del ingreso del quintil inferior, los más pobres. Algo similar sucedió con los ingresos del quintil superior, ya que el ingreso laboral presentó un leve incremento, que fue parcial o totalmente contrarrestado por disminuciones en las otras fuentes.
Desde una perspectiva distinta, señala la Cepal, la evolución de los indicadores de desigualdad entre 2002 y 2007 corrobora una tendencia mayoritaria a la mejor distribución del ingreso en los nueve países mencionados, donde todos los indicadores de desigualdad bajaron no menos de 5 por ciento. Asimismo, es posible identificar a Guatemala y República Dominicana como aquellos en los que la distribución tendió a deteriorarse significativamente en el periodo analizado.
Una comparación de plazo más largo, utilizando exclusivamente el índice de Gini, revela que los niveles de desigualdad actuales “son los menores registrados desde inicios de los años 90”, pero tales “logros” de ninguna manera puede interpretarse como cambio significativo de los patrones distributivos prevalecientes en la región.
La crisis financiera internacional y la consiguiente desaceleración de la economía mundial pintan un 2009 nada grato. Tendrán efectos sobre los niveles de pobreza, “lo que siembra dudas sobre la factibilidad de alcanzar la meta fijada para 2015; el resultado final dependerá, en definitiva, de la duración del período de bajo crecimiento y de la profundidad de las dificultades que acarree. No debe dejarse de considerar que una recesión extendida puede impedir el logro de la meta en los países que actualmente se encuentran más alejados de ella y que requerirían tasas de crecimiento altas y sostenidas”.
Los efectos de la crisis podrán hacerse sentir en varios frentes, entre los que destacan la menor demanda de bienes que la región exporta y la reducción de las remesas de los migrantes. Estos factores tendrán un impacto negativo en la demanda agregada de los países de la región, mientras las restricciones del mercado financiero internacional y la falta de liquidez y crédito también dificultarán el mantenimiento del ritmo de crecimiento del PIB per cápita que se registró en los últimos años.
“En este marco es probable que durante 2009 el empleo agregado en la región tienda a estancarse y que, en promedio, las remuneraciones reales no aumenten e incluso experimenten una leve disminución. Este deterioro podría impactar con más virulencia a los trabajadores por cuenta propia y a los asalariados precarios, pues este sector suele verse más afectado por el ciclo económico. Por tal motivo, la pobreza y la indigencia probablemente aumentarán”.
Las rebanadas del pastel
Cuando menos, en esta ocasión comió y nadie le dijo que se fuera. Por el contrario, Cuba es flamante miembro del Grupo de Río… Pemex asegura que “no especula” ni “ha perdido dinero en derivados”. En realidad, comenta, “utiliza esos instrumentos financieros para mitigar y protegerse contra los riesgos normales de mercado”. Qué bueno, pero también lo dijo Comercial Mexicana. Saludos, tocayo.