■ Laura Bush cambia adornos de pastores y reyes magos por águilas y el Tío Sam
Decreta la Casa Blanca una Navidad patriótica
■ Censura la primera dama una obra decorativa que aplaude una resolución en contra de Bush
Nueva York, 16 de diciembre. Un día el Tío Sam, en un operativo clandestino muy sofisticado, se robó la Navidad sin que casi nadie se diera cuenta, ya que se logró a plena luz de día y con los medios informados del golpe de Estado contra Jesús.
La Casa Blanca, a través de un comunicado personal de la primera dama Laura Bush, informó que el título oficial de la celebración navideña este año sería “Una navidad roja, blanca y azul” (los colores patrios) y que el tema sería “el espíritu del patriotismo”.
Como escolta y guardia de la Navidad, se instalaron dos estatuas del Tío Sam de más de cuatro metros de alto que dan la bienvenida a los visitantes a la sala de entrada del lado este, donde detrás hay un Santaclós “patriótico” con regalos envueltos en rojo, blanco y azul, y una casa miniatura de jengibre con réplicas de las mascotas de la familia Bush.
Las ventanas de una sección de la Casa Blanca están adornadas con coronas de pino, algunas colgando de las patas de águilas. En otras partes de la Casa Blanca hay listones en los colores patrióticos (moños, estrellas, campanas) más águilas y un nacimiento hecho en Italia en el siglo XVIII.
El árbol de Navidad de la Casa Blanca, de unos 6 metros de altura, está decorado con adornos que “representan el espíritu patriótico de los estados, distritos y territorios de nuestra nación”, y por supuesto, en los tricolores patrióticos, informa el comunicado, a nombre de Laura Bush.
Según otro comunicado oficial de la Casa Blanca, el tema del “espíritu patriota que nos une como estadunidenses” es también para “recordar las bendiciones de la libertad que gozamos”. Pero no todo fue tan libre ni tan unido.
La Casa Blanca solicitó a legisladores federales seleccionar artistas en sus distritos para decorar un árbol de Navidad que representara los 435 distritos de la nación. Llegaron 370, pero sólo uno fue rechazado y censurado. La artista Deborah Lawrence, de Seattle, envió una bola de 9 pulgadas de circunferencia cubierta con líneas rojas y blancas y un texto miniatura que elogia una resolución legislativa para la destitución del presidente George W. Bush. La artista dijo que era en apoyo del representante de su distrito, Jim McDermott, opositor a Bush y promotor de su destitución.
La vocera de la primera dama, Sally McDonough, consideró que el ornamento era inapropiado. “Creo que es una pena y, francamente, no está muy dentro del espíritu de los días festivos”, declaró a la agencia de noticias Ap. El adorno no está colgado del árbol.
Unos 60 mil visitantes verán la decoración navideña de la Casa Blanca este año.
No se sabe si saldrán con la impresión de que Jesucristo fue uno de los padres fundadores de Estados Unidos, o si se sorprenderán de que en lugar de pastores, carpinteros, reyes magos y ovejas rodeando y cuidando al niño y el símbolo del árbol haya águilas y el Tío Sam, encargados de la seguridad.
Ahora la Navidad ya no es festejo de los cristianos y otros por todo el mundo, sino algo así como el 4 de julio en invierno: ya fue apropiado por Estados Unidos como día nacional. Se deberá cambiar la letra en las canciones, villancicos y tal vez hasta en el Nuevo Testamento.
El gobierno de Bush empezó con la invasión de Irak y acabó apoderándose de la Navidad (¿es parte del conflicto de Medio Oriente?). Todo en nombre de la paz y la libertad.
Merry Christmas.