Pidió a la Virgen libertad para secuestrados de su país
Como había prometido después de haber sido liberada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt acudió a la Basílica de Guadalupe para agradecer a la Virgen del Tepeyac el fin de su cautiverio y pedir por la liberación de todos los secuestrados de su país.
A su llegada al templo, pocos minutos antes del mediodía de ayer, Betancourt manifestó ante los medios de comunicación que el canje de guerrilleros colombianos por secuestrados de las FARC podría ser una solución en el camino para lograr la paz en Colombia. Sin embargo, remarcó que no es comparable la situación que viven los guerrilleros encarcelados en su país con la que padecen los secuestrados por la guerrilla.
Esto tras ser cuestionada respecto de las demandas realizadas por Lucía Morett –estudiante mexicana sobreviviente del bombardeo perpetrado por el ejército colombiano en un campamento de las FARC en Ecuador–, en las que la joven pedía no sólo la liberación de todos los secuestrados en Colombia, sino también de los más de 7 mil presos políticos que se encuentran en las cárceles de ese país.
Betancourt, quien llegó a la Basílica acompañada por el embajador de Francia, Daniel Parfait, recomendó a los estudiantes no acudir a campamentos de las FARC porque corren riesgos por bombardeos o contactos con las fuerzas militares. No obstante, respecto de las demandas de Morett, declaró que la situación de los secuestrados no se puede comparar con las de los presos políticos.
“La situación de los guerrilleros de las FARC está en manos de la ley colombiana, tienen acceso a abogados, tienen una condena y saben cuándo van a salir. Tienen la posibilidad de tener un teléfono, comunicación con su familia, tienen acceso a la información mediante la radio, la televisión y la prensa escrita. No están aislados, están protegidos por sus abogados y las ONG velan por ellos. El caso de la selva es distinto: cuando nosotros estábamos ahí no teníamos nada, no teníamos médicos cuando estábamos enfermos o la posibilidad de llamar a nuestras familias.”
Agregó que no sólo realizó su visita a la Basílica para agradecer a la Virgen de Guadalupe su liberación, sino también para pedirle la libertad de los rehenes de las FARC, la paz en su país y la liberación de todas las personas que en México están secuestradas.
Momentos después Betancourt fue recibida por el rector de la Basílica, Diego Monroy Ponce, quien frente a la imagen de la Virgen le explicó el códice guadalupano, así como las apariciones a San Juan Diego.
Monroy Ponce le obsequió una imagen y una medalla de plata de la Virgen, así como un libro conmemorativo del 250 aniversario del patronazgo de Santa María de Guadalupe sobre la nación mexicana.
Antes de abandonar el recinto, Bentancourt pasó a firmar el libro de visitantes distinguidos, donde pidió por escrito a la Virgen de Guadalupe la paz en Colombia y la unión de los pueblos americanos.