■ La serie de Fernando Aceves Humana se exhibe en el museo de sitio de Monte Albán
Tlaltecuhtli..., crónica plástica de la labor arqueológica en Casa de las Ajaracas
■ En 11 óleos muestra el trabajo de especialistas durante el descubrimiento del monolito de la diosa de la tierra en 2006, frente al Templo Mayor
■ Permanecerá hasta el 31 de diciembre
Ampliar la imagen Tlaltecuhtli, diosa de la tierra forma parte de la celebración del 21 aniversario de Monte Albán como patrimonio mundial Foto: Archivo
El artista plástico Fernando Aceves Humana exhibe hasta el 31 de diciembre, en el museo de sitio de Monte Albán, Oaxaca, la muestra Tlaltecuhtli, diosa de la tierra, serie de óleos en pequeño formato que muestra el trabajo de arqueólogos y restauradores al descubrir el monolito mexica en el predio que ocupó la Casa de las Ajaracas.
En entrevista, el pintor explicó que el proyecto surgió a partir de la información publicada en La Jornada sobre el descubrimiento de la diosa de la tierra, devoradora de cadáveres, que tuvo lugar justo frente a las ruinas del Templo Mayor, cuando el equipo del arqueólogo Álvaro Barrera exploraba la Casa de las Ajaracas, el 2 de octubre de 2006.
“Empecé a trabajar en las excavaciones a mediados de septiembre, después de platicar con el arqueólogo Leonardo López Luján, director del proyecto Templo Mayor. Pinté al óleo in situ, al realizar una crónica visual de la labor de arqueólogos y restauradores”, relató Aceves Humana.
La muestra en Oaxaca se realizó a invitación de Nelly Robles, directora de sitios arqueológicos, y de Aciel Sánchez, director del museo.
Para el artista fue muy importante preservar el momento histórico del hallazgo, además de que “México es cuna de diversas culturales, cuyo talento en las artes y ciencias sorprende a todo espectador. Nuestro patrimonio histórico es testimonio de lo que somos, de ahí surgen los elementos para comprender mejor nuestro ser”.
Agregó que le interesa comprender el periodo prehispánico, ya que desde los orígenes la creación de las artes plásticas en el país se aborda con naturalidad y convive con la cotidianidad.
“Tras la llegada de los españoles y la conquista del imperio azteca, en 1521, México vivió una catástrofe; la guerra, la esclavitud, nuevas enfermedades y suicidios colectivos acabaron con 80 por ciento de esa generación.
“Al establecerse el dominio español se intentó aniquilar todo rastro de culturas nativas; destruyeron bibliotecas, templos, monumentos y estructuras sociales, a la par de la conversión forzosa al cristianismo. Sin embargo, esta familiaridad con las artes ayudó a rescatar nuestra identidad; quienes sobrevivieron preservaron parte de su cultura y tradiciones al fusionarlas con la nueva religión, para conservar su esencia y evolucionar hacia nuevas expresiones artísticas.”
Aceves Humana destacó que con la creatividad se reafirma la identidad.
Al recordar su experiencia en la zona de excavaciones, señaló que fue apasionante trabajar en una área de dimensiones limitadas y en donde cualquier alteración significaba la pérdida de información, como el tipo de tierra, la posición o el material del objeto.
“Fue sorprendente observar las ofrendas que contienen un montón de objetos votivos y diferentes especies de flora y fauna, las cuales, al estar debajo del nivel freático, están anegadas; entonces se opta por conservarlas en el ambiente en que se preservó para pasar a su consolidación.
“Al subir y bajar el nivel freático se tiene la sensación de que la ofrenda respira; ese ambiente traté de plasmarlo en los óleos; a veces olvidamos que la cultura azteca era una cultura acuática.”
Aceves precisó que pintar algo natural en una zona arqueológica es documentar un momento histórico en la arqueología mexicana.
La serie Tlaltecuhtli, diosa de la tierra –de 11 óleos– está inspirada en el ejemplo de Catherwood, quien trabajó en los templos mayas en 1840, así como en el trabajo del artista Miguel Covarrubias, apasionado de las culturas mesoamericanas.
Muestra con carga simbólica
“El sitio –agregó el artista– donde restauraron el relieve de Tlaltecuhtli y el área de excavación en el Templo Mayor tenían dimensiones restringidas, por tanto trabajé en formatos reducidos (26 x 32 cm), a fin de no entorpecer el trabajo de arqueólogos y restauradores.
“En el museo del Templo Mayor se ha encontrado gran cantidad de objetos de Oaxaca, por lo que exponer por primera vez la obra del Templo Mayor en la zona arqueológica de Monte Albán tiene enorme carga simbólica.”
La exposición forma parte de la celebración del 21 aniversario de Monte Albán como patrimonio mundial.
En la actualidad, Fernando Aceves elabora telas en formatos de 190 x 270 cm con la temática de las ofrendas aztecas, ya que le obsesiona lo prehispánico. “Pintar en sitios arqueológicos o en áreas naturales que serán alteradas por la urbanización es sólo parte de mi trabajo. Hay otra serie de 60 piezas de grandes formatos cuya temática es el paralelismo entre especies en peligro de extinción y la inmigración ilegal.”
El artista visual adelantó que para 2009 planea realizar una carpeta de estampas con el taller Clot Bramsen de París. También continuará su trabajo en las series de pintura y en la impartición de cursos de dibujo e historia del arte en Oaxaca y en el sudeste de Asia, donde ofreció en noviembre pasado un curso de grabado en metal en las facultades de Bellas Artes de Laos, gracias a Francisco Limón.