■ Culpan a los acaparadores de la inestabilidad de precios
Este año, saldo negativo en el campo: organismos del sector
Ampliar la imagen Productores señalaron que el campo fue afectado por los incrementos en los precios de fertilizantes, combustibles y semillas. En imagen de archivo, parcela en el poblado mexiquense de Tocuila Foto: Víctor Camacho
Para las agrupaciones del Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros (Conorp), el balance final de 2008 es negativo, ya que el gobierno continúa con la aplicación de un doble rasero en la atención a los agricultores: con los pobres, una política asistencialista, y con los agroexportadores y los productores de mayor capacidad económica, acciones respaldadas con cuantiosos recursos.
Las políticas gubernamentales no han revertido la crisis del sector rural; tampoco han abatido la pobreza ni detenido la migración, señalaron.
Este año los precios internacionales de los granos –maíz, trigo y arroz, entre otros– se elevaron, pero “no nos beneficiaron, porque también se dispararon los costos de producción, entre ellos fertilizantes, gasolinas, energía eléctrica y semillas; los campesinos incluso se vieron obligados, como muchos otros sectores de la población, a modificar sus hábitos de consumo”, afirmó Federico Ovalle Vaquera, dirigente de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) e integrante del Conorp.
El precio de los insumos se ha incrementado más de 80 por ciento en el periodo 2000-2008, apuntó Oxfam Internacional en el informe Precios de doble filo.
De acuerdo con el Banco de México, el precio de los fertilizantes se incrementó 130 por ciento entre abril de 2000 y abril de 2008, y el de los productos químicos como herbicidas y plaguicidas 102 por ciento en el mismo periodo.
La autoridad, abundó el dirigente de la CIOAC, tampoco ha actuado en contra de los acaparadores. Ya olvidó quiénes provocaron la crisis de la tortilla (en el primer semestre de 2007) y este año, afirmó, los productores de frijol de Zacatecas y Durango son unos de los perjudicados, pues en octubre –cuando comienza la cosecha– los precios por tonelada fueron de 5 a 6 mil pesos; en noviembre e inicios de diciembre –ya en el cierre de la cosecha– se sostuvieron entre 7 mil y 8 mil pesos.
A partir del 17 de diciembre, con 80 por ciento de la cosecha ya vendida, los acaparadores empezaron a vender el frijol entre 13 y 14 mil pesos la tonelada, lo cual revela quiénes son los responsables de la inestabilidad de los precios de los alimentos, dijo.
Regreso de migrantes
Además está el impacto de la crisis financiera de Estados Unidos, pues hay un retorno de migrantes. Tan es así que el gobierno de Zacatecas aplica un programa emergente de empleo para mexicanos que regresan de ese país.
“Sin ser agoreros del catastrofismo, el balance para el campo y los campesinos es negativo. La crisis ya se resentía en años anteriores por los efectos en el sector del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).”
Durante este año, “con la eliminación de los aranceles a maíz, frijol, caña de azúcar y leche, y recientemente el anuncio de que en febrero se elimina a los aceites, el panorama se ensombrece más”, abundó Ovalle.
Para el secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Alberto Cárdenas Jiménez, la situación no es tan crítica, ya que “por tercer año consecutivo se rebasará la meta de producir 195 millones de toneladas de alimentos. El próximo año será complejo y difícil, pero el campo está activado, ya que crecimos más que otros sectores productivos”.
De acuerdo con cifras del Sistema de Información Agropecuaria y Pesquera de Sagarpa, al término de noviembre hubo un avance de 175.1 millones de toneladas en la producción agrícola, pecuaria y pesquera, cifra que representa 89.6 por ciento de la expectativa de producción para 2008.
En el sector agrícola el avance es de 157.5 millones de toneladas, que representan 89.7 por ciento de la meta; el sector pecuario reporta una producción de 16.8 millones de toneladas, que significan 92.2 por ciento, y el sector pesquero informa que su producción es de 1.3 millones de toneladas, 80 por ciento del objetivo.
Según dichos datos, se obtendrán cosechas récord de maíz, naranja, limón, aguacate, mango, chile, papa, jitomate, azúcar, leche, carne, huevo, camarón de granja y sardina.
El informe de Oxfam Internacional señala que la producción de granos y oleaginosas en el país alcanza niveles de 36 millones de toneladas.
“Los granos representan 80 por ciento de la producción de los 10 cultivos más importantes; la producción interna cubre 66 por ciento del consumo nacional de granos y oleaginosas. En la reciente década la dependencia por las importaciones se incrementó en 129 por ciento.”
Con la entrada en vigor del TLCAN, en 1994, el aumento en el consumo de granos se ha cubierto con mayores importaciones; alcanzan 44 por ciento, incluyendo maíz, arroz, frijol y trigo, aunque las compras de sorgo durante el mismo periodo disminuyeron 40 por ciento, debido al incremento de su precio, asentó Oxfam en el informe.
Detalló que de la población ocupada en el sector rural, sólo 38 por ciento tiene como actividad principal la producción agrícola; el restante 62 por ciento combina dicha labor con otras fuentes de ingreso, y en las regiones del centro y el sureste del país se han sumado más mujeres, debido a la migración de los hombres.
Ese sector de la población rural percibe hasta 18 mil 500 pesos al año. Entre sus principales fuentes de ingreso están los programas de asistencia y Procampo, por los primeros recibieron en este año 4 mil 800 pesos, y por el segundo, 963 pesos por hectárea registrada.
Una familia puede percibir 41 por ciento de su ingreso vía transferencias del sector público y en algunos casos éstos representan hasta 65 por ciento.
La mayor parte de esos recursos los destinan principalmente al consumo de alimentos y servicios; entre 20 y 30 al gasto en insumos agrícolas, ya que el acceso al crédito se ha restringido, según Oxfam.
La organización internacional recomendó al gobierno mexicano invertir en políticas agrarias y seguridad alimentaria para evitar que la pobreza rural y la desigualdad se profundicen.
Recordó que las naciones que combinaron medidas para promover la producción –como créditos, precios de garantía, subsidios a insumos, medidas de previsión social e inversión en infraestructura, incluida la energía eléctrica– han resistido mejor la crisis de precios.