■ Nueve naciones de la región lograron avances para reducir la distancia entre ricos y pobres
México, estancado en el reparto de la riqueza, asegura la Cepal
■ Nicaragua, El Salvador y Panamá reportan mejor panorama social, según datos de la comisión
■ En otros países 40% de los hogares más pobres aumentaron su participación en el ingreso
Ampliar la imagen Niños de una comunidad indígena Foto: Víctor Camacho
A diferencia de por lo menos nueve naciones latinoamericanas que durante el último quinquenio han logrado avances para reducir la distancia entre sus habitantes más ricos y más pobres en la distribución de la riqueza, México “se caracteriza por un relativo estancamiento en su estructura distributiva”, asegura la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El 10 por ciento de los hogares más ricos de México concentra aproximadamente 35 por ciento de los ingresos totales del país, lo que coincide con el promedio reportado a nivel regional. En tanto, el 40 por ciento de los hogares más pobres capta el 17 por ciento de la riqueza nacional de México, superior al 15 por ciento registrado en promedio en el continente.
Sin embargo, la Cepal hace notar que entre los años 2002 y 2007 ha habido “mejoras distributivas significativas en nueve países, lo que ha llevado a que el nivel promedio de desigualdad de la región también disminuya”.
Esas naciones son Venezuela, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, El Salvador, Nicaragua, Panamá y Paraguay, donde se ha acortado la brecha en la distribución de la riqueza debido a dos factores: tanto porque ha habido un aumento en la participación de la riqueza por parte de los hogares más pobres de la población de esos países, como por la pérdida de participación de los grupos más ricos en los ingresos nacionales, precisa el organismo en un estudio sobre el panorama social de América Latina, difundido este mes.
Mejora salarial
Todos los indicadores de desigualdad cayeron en no menos de 5 por ciento en todos los países mencionados y se traducen en niveles menores a los registrados desde inicio de la década de los 90, pero la Cepal advierte que tal reducción no puede ser interpretada como un cambio significativo de los patrones distributivos prevalecientes en la región.
Considera que la mayor parte de las mejoras en la distribución de la riqueza registradas en la región son atribuibles a aumentos salariales entre la población más pobre. “Y en los países –como México–, donde la brecha se mantuvo relativamente constante, los ingresos laborales también constituyen el principal elemento a la hora de explicar la variación de los ingresos totales”, porque las diferencias en el crecimiento de los ingresos reproduce las diferencias en los salarios, añade.
Si bien acota que la concentración de la riqueza continúa siendo “excesivamente alta” en América Latina, los resultados obtenidos por los nueve países mencionados “sientan un antecedente importante en cuanto a la viabilidad de mejorar la distribución de la riqueza”.
En los nueve países mencionados, indica, el 40 por ciento de los hogares más pobres aumentaron su participación en el ingreso total en por lo menos un punto porcentual y hasta en cuatro puntos, como en el caso de Venezuela, mientras que los hogares más ricos redujeron en cuatro puntos porcentuales la concentración de esos recursos. Así, por ejemplo, en Venezuela, los hogares más ricos concentran el 28 por ciento de la riqueza nacional, es decir 7 puntos abajo del promedio regional y del reportado para México.
En cambio ubica a México junto con otras siete naciones (Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú y Uruguay), donde ha habido “un relativo estancamiento en su estructura distributiva” pues si bien admite que también se han registrado reducciones en las brechas de distribución de la riqueza, se trata de variaciones que “no han sido suficientemente significativas”.
Los casos extremos los constituyen tres naciones centroamericanas –Guatemala, Honduras y República Dominicana– donde en los pasados cinco años aumentó la brecha entre los grupos extremos de la distribución tanto porque los grupos más ricos aumentaron su participación en la riqueza nacional como porque hubo un deterioro de los grupos de menores ingresos.