Telescopio
■ Malos augurios en 2009
Fin de año, crisis y guerra: No es casual que, como informan los grandes diarios latinoamericanos, inaugure Israel el año nuevo judío con el asesinato masivo de palestinos en bombardeos a Gaza, una de las regiones más densamente pobladas del planeta, ni que tropas de India se concentren frente a la frontera con Pakistán, donde se amontonan soldados paquistaníes. Tampoco lo es que, como dice Le Monde, China envíe buques de guerra al Cuerno de África, la ruta del petróleo desde y hacia Oriente, con el pretexto de combatir a piratas somalíes. Ni que, como reporta El Nacional de Caracas, lleguen a Venezuela modernas baterías antiaéreas Pechora 2-M (que Moscú ha vendido también a Siria y varios países petroleros árabes). El capitalismo en crisis es portador infaltable de guerras. Y estamos ante la mayor de las crisis, que no ha llegado todavía a su punto más bajo, según el venezolano Tal Cual, que reporta un informe a la Asamblea Nacional del ministro chino de Reforma y Desarrollo. Zhang Ping anunció que la crisis en China se ha extendido desde la costa hasta las provincias del interior, desde el sector exportador a los demás y desde las pequeñas empresas hasta las grandes. ¡Feliz Año Nuevo! O, mejor aún, Happy New Year, como dirían los causantes del desastre a escala mundial.
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Cuba resiste y el turismo se sostiene: Aunque la economía cubana está muy golpeada por los huracanes y la caída del precio del níquel que exporta, y por el aumento de sus importaciones de alimentos y combustibles, el turismo, que provee divisas fuertes, aún no ha sufrido reducción: según Granma, el sector creció 2 por ciento y visitaron la isla 2 millones 319 mil turistas extranjeros, que equivalen a casi un quinto de la población. ¡Aguante Cuba!
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El chileno El Mercurio informa que los ferrocarriles al hermoso sur del país están en un estado tan calamitoso que los ferroviarios se niegan a seguir trabajando en esas condiciones. Los ecuatorianos El Comercio, Expreso y La Hora, dicen, respectivamente, que las grandes tiendas estadunidenses y europeas se vieron obligadas a “hacer ofertas impensables” para tener liquidez a costa de las ganancias, que entre los 9 millones de cesantes estadunidenses figuran cientos de miles de latinoamericanos que ni siquiera cobran seguro de desempleo y, por último, que la principal central obrera ecuatoriana rechazó el 9 por ciento de aumento al salario mínimo propuesto por el gobierno.