Usted está aquí: domingo 28 de diciembre de 2008 Opinión Medio Oriente: poner fin a la barbarie

Editorial

Medio Oriente: poner fin a la barbarie

A poco más de una semana de que concluyó la tregua de seis meses entre el gobierno de Israel y la organización palestina Hamas, un bombardeo ordenado por Tel Aviv sobre la franja de Gaza dejó más de 230 muertos y centenares de heridos, entre los que se cuenta un número indeterminado de civiles. El ataque, uno de los más cruentos perpetrados por Israel en Gaza desde la Guerra de los Seis Días, en 1967, fue objeto de condena por parte de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), encabezada por Al Fatah, rival de Hamas; por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE), que demandaron el cese del fuego.

En tanto, Estados Unidos culpó a Hamas por los ataques y se limitó a convocar al gobierno de Israel –su aliado regional y su punta de lanza ante el mundo árabe– a evitar la muerte de civiles, como si esto fuera posible cuando se lanzan misiles en uno de los territorios más densamente poblados del mundo.

La acción emprendida por Israel en territorio palestino, de suyo repudiable, resulta particularmente artera en el momento actual, cuando el gobierno de Egipto se ha enrolado como mediador para un posible diálogo entre israelíes y palestinos, y cuando las propias autoridades de Tel Aviv habían permitido la apertura de algunos pasos fronterizos al flujo de víveres y ayuda humanitaria en la franja de Gaza.

Adicionalmente, los bombardeos tienen como telón de fondo las advertencias lanzadas en días recientes a Hamas por el todavía primer ministro israelí Ehud Olmert, que hicieron eco entre los candidatos punteros de cara a las elecciones parlamentarias que habrán de realizarse en febrero próximo: tanto Tzipi Livni, ministra de Relaciones Exteriores y aspirante de Kadima –partido en el poder–, como Benjamin Netanyahu, del ultraderechista opositor Likud, se manifestaron por derrocar al gobierno de Hamas en Gaza –emanado de elecciones ejemplares, libres y democráticas– y dieron su apoyo a la posibilidad de una incursión militar israelí en territorio palestino, como finalmente ocurrió ayer.

La fuerte presencia de Hamas en los escenarios electoral e institucional palestinos, en particular en la franja de Gaza, se explica principalmente por las bases de apoyo creadas en torno a esa organización en los territorios ocupados, producto de la exasperación de la ciudadanía ante el fracaso de los procesos de paz impulsados por Al Fatah y la corrupción y descomposición de las autoridades de la ANP, pero sobre todo por el descontento generado por la violencia y la crueldad de Israel.

Las autoridades israelíes, con respaldo de Washington, han erigido a su país en potencia ocupante en la región, han mostrado desprecio profundo por las consideraciones humanitarias más elementales –así lo confirma la reciente expulsión de Richard Falk, relator de derechos humanos de la ONU– y se han vuelto practicantes sistemáticos del terrorismo de Estado.

En la actual circunstancia, no basta la condena mundial a los ataques perpetrados ayer. La comunidad internacional debe exigir a Tel Aviv y a la clase política israelí terminar con el saqueo y la ocupación de los territorios palestinos y la devolución de éstos a sus legítimos dueños; el cese de la aplicación, en la porción oriental de Jerusalén (Al Qods) y en Cisjordania, de prácticas de limpieza étnica que rozan el genocidio; el cumplimiento de las resoluciones 242 y 338 de la ONU; el reconocimiento pleno del derecho de los palestinos a conformar un Estado nacional, libre y soberano, y la entrega de tierras o de indemnizaciones a los palestinos condenados al éxodo a partir de 1948, cuando se fundó el Estado de Israel.

Es imprescindible que Occidente, con Washington y Bruselas a la cabeza, presione a las autoridades de Israel para que redimensionen el papel geoestratégico de ese país en la región; de lo contrario, difícilmente podrán darse condiciones para la paz en Medio Oriente.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.