■ Se calcula que existen 50 mil unidades que transportan a 3.5 millones de personas
Prolifera sin control el servicio de bicitaxis en la zona conurbada del DF
■ Los operarios aseguran estar dispuestos a una regulación para poder acceder a beneficios
Ampliar la imagen Los bicitaxis se convirtieron en alternativa de empleo Foto: Marco Peláez
Concebidos inicialmente como una opción turística para pasear por el Centro Histórico, los bicitaxis han extendido su territorio hacia varias delegaciones del Distrito Federal, donde en los años recientes han proliferado sin ningún control como alternativa para viajes cortos realizados por amas de casa, estudiantes y profesionistas, en pueblos y colonias populares.
De acuerdo con el diputado local Daniel Salazar Núñez se calcula la existencia de por lo menos 50 mil bicitaxis en la zona conurbada de la ciudad de México, que diariamente transportan a cerca de 3.5 millones de usuarios, sin que exista una normatividad al respecto.
Inclusive, en delegaciones como Tláhuac, donde se tienen registrados alrededor de tres mil 500 unidades distribuidas en 54 organizaciones, la tradicional bicicleta habilitada con dos asientos traseros y un toldo ha dado paso a otras modalidades, como carritos de golf o motocicletas.
El representante de la Unión de Bicitaxis de San Juan Ixtayopan, Luis Ortega, consideró que el éxito de este tipo de transporte es que realizan trayectos cortos en rutas donde no hay ningún otro medio para trasladarse.
Los viajes más socorridos son hacia escuelas, mercados, lecherías, centros de salud o paradas del transporte público, cuya tarifa no está regulada, lo que provoca, por ejemplo, que mientras en Tláhuac el precio por persona sea de tres pesos sin importar la distancia, en otras, como Iztapalapa, se cobre tres pesos con 50 centavos por cinco calles y por cada dos cuadras 50 centavos adicionales.
No obstante, a decir de los líderes de organizaciones de bicitaxis existe la disposición regularizarse, pues frecuentemente se realizan operativos por parte de las autoridades para evitar su presencia en las calles.
“Nosotros estamos dispuestos a acatar las disposiciones que nos digan y, por qué no, también tener derechos, porque ahora no contamos con ningún tipo de prestaciones y estamos expuestos a varios peligros. Aunque nos ven con gente, no nos respetan y nos avientan el carro”, expresó Luis Ortega, al señalar que quienes prestan este servicio son personas que se han quedado sin otra alternativa de empleo.
A su vez, Leticia Plaza, líder de la fracción dos de la Unión Cívica de Iztapalapa, que presta el servicio en Ampliación Santa Martha Acatitla Norte, al igual que otras 10 organizaciones, indicó que la falta de normatividad ha provocado que en cada delegación se impongan diferentes reglas para otorgar los permisos, e incluso, en una misma demarcación se modifican los criterios, según la autoridad en turno.
En el caso de Iztapalapa se requiere de la adquisición de un tarjetón, con el pago previo correspondiente, contar con seguro y traer la unidad con ciertas características, y se llegan a acuerdos para operar las rutas, pero si cambian a los directivos de la territorial hay que empezar de nuevo las negociaciones, agregó.
Pero no sólo eso, el operador de un bicitaxi hace por lo menos entre 40 y 70 recorridos diarios, con jornadas de trabajo de ocho a 14 horas, lo que demerita poco a poco la salud. “A los tres años de trabajo, los conductores presentan problemas de salud y físicos, principalmente en las rodillas, mientras que a los cinco tienen problemas de columna vertebral, e incluso, son proclives a padecer cáncer de próstata, esterilidad, males cardiacos y diabetes”, aseguró Salazar.
De ahí que, abundó, se propuso en la Asamblea Legislativa reformas y adiciones a la Ley de Transporte y Vialidad, que no sólo lleve a la regularización de estas unidades, sino también a sustituir los bicicletas por electrotaxis, mediante un esquema de financiamiento con el Fondo para el Desarrollo Social.