■ Uno de cada tres contagiados con el VIH presenta ese tipo de demencia
Estudian en la UNAM el neurosida
Uno de cada tres pacientes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida sufre problemas mentales y siquiátricos, padecimientos a los que se ha denominado neurosida y constituyen la demencia más común en el adulto joven, informó el departamento de fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM.
La máxima casa de estudios del país destacó en un comunicado que el neurosida se presenta porque el sujeto es portador del virus de inmunodeficiencia humana, que desprende de su estructura la proteína GP120, la cual es citotóxica y destruye neuronas, y se traduce en demencia.
El investigador Óscar Próspero García detalló que el neurosida se acompaña de un componente motor, en el que el afectado pierde el control de su cuerpo, es un síntoma que aparece cuando el paciente ya manifiesta el sida. En el periodo de incubación del VIH se pueden manifestar algunos indicios neurosiquiátricos, que se hacen más evidentes cuando la enfermedad avanza, explicó.
Los trastornos de la razón ocurren cuando el sujeto ya no es capaz de llevar a cabo los procesos cognitivos –poner atención o memorizar– con la velocidad y eficiencia adecuadas, tiende a perder la atención por tiempo prolongado y se afecta la memoria.
Cuando son seropositivas, las personas suelen dormir en exceso, pero al paso del tiempo presentan dificultades para comer y conciliar el sueño, al grado de llegar a ser insomnes. Se pensaba que eso ocurría porque estaban ansiosas; sin embargo, se han detectado características del sueño que no son propias de una persona ansiosa, indicó el investigador que ha realizado estudios sobre el sida en gatos y chimpancés.
El virus infecta el sistema inmunológico y afecta al nervioso. No infecta a las neuronas, pero sí a otro tipo de células denominadas microglía, que son como el sistema inmunológico particular del cerebro.
Para afectar el sistema nervioso, el VIH desprende de su estructura la proteína GP120, que es citotóxica y destruye neuronas.
Por ello, no es sorprendente que una de cada tres personas infectadas sufra afecciones neurosiquiátricas que culminen con demencia, pues diariamente están expuestas a esta proteína.