■ En el sur, “sectas dan ayudan espiritual y material a la población”
Sicsal: hay menos católicos por desatención de jerarcas
■ Destaca relación entre extrema pobreza y abandono de la Iglesia
Ampliar la imagen En imagen de archivo, Marcha de Gloria, organizada por iglesias cristianas evangélicas Foto: José Núñez
La reducción en el número de católicos en el país se explica porque la Iglesia de ese culto “no está a la altura de los tiempos” y porque hay lugares donde aún se vive en “guetos prevaticanos”, además de que sus jerarcas han evidenciado, entre otros factores, incapacidad de adaptarse a las necesidades espirituales de los mexicanos del siglo XXI, consideró el Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América Latina (Sicsal).
En entrevista, el presidente local del organismo que fundó el obispo Samuel Ruiz, Martín Hernández, explicó que la merma de católicos en estados del sur se debe a que “sectas” atienden espiritual y materialmente a la población, “situación que la representación católica ha pasado por alto”.
En el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, sostuvo que desde diversos ángulos puede leerse la información que ayer publicó La Jornada respecto de que en México existe un mapa religioso cambiante y cada vez más plural, en el que suman 55 los municipios donde el catolicismo ha dejado de tener una población mayoritaria –sobre todo en Chiapas y Oaxaca–, además de que en diez la preferencia predominante es “sin religión”.
Desde una óptica sociológica, dijo, es interesante que sea en los municipios más pobres del país donde la Iglesia católica pierde feligresía. Esto “quiere decir que hay una relación entre la extrema pobreza y el abandono, no solamente económico, político y social, sino también religioso.
“Se carga en estos municipios toda la marginación que existe, incluso la de tipo espiritual”, por lo que “es justo, creo” que ésta se exprese abandonando una Iglesia que no es capaz de asumir con responsabilidad “las consecuencias de un sistema político del cual a veces ha sido cómplice”, indicó.
Desde el punto de vista eclesial, aseveró, la jerarquía católica no tiene capacidad de ofrecer, principalmente a regiones pobres, alternativas que ofrezcan esperanza de vida, por lo que optan por otras religiones. Agregó: “Las cifras indican que la gente está buscando formas de expresar sus necesidades y de sentir que es escuchada, por lo que las sectas, sobre todo protestantes, aprovechan esta situación para cautivar con prédica o ayuda material”.