■ Desde el viernes está abierta las 24 horas debido al éxito; se esperan 50 mil visitantes
Concluye mañana la exposición Picasso y los maestros, en el Grand Palais de París
París, 31 de enero. “Pensábamos que a esta hora no habría nadie”, lamentaba Isabelle a las tres de la madrugada del sábado mientras hace cola en la fría noche de París para visitar la exposición Picasso y los maestros, abierta sin interrupción las últimas 83 horas que estará en el Grand Palais.
Desde el viernes por la mañana y hasta el lunes a las 20 (19:00GMT), la exposición estará abierta las 24 horas del día para poder hacer frente al increíble éxito de asistencia. Desde el 8 de octubre han visitado la exposición más de 70 mil personas.
Durante estas 83 horas de apertura ininterrumpida se espera que acudan 50 mil visitantes que podrán disfrutar los servicios de librería o cafetería a cualquier hora.
Según un primer recuento, entre las 9 horas del viernes y las 5:30 horas del sábado habían acudido 15 mil 616 personas, según la Reunión de Museos Nacionales (RMN) franceses.
Ante La infanta María Margarita, de Velázquez, Julien, de 27 años, y Louis, de 28, explican que querían “ver la exposición a cualquier hora”, a pesar del cansancio.
“No nos la queríamos perder”, añade Eric Bonsergent, un comerciante parisino de 33 años. “Dicen que la gente no va a los museos, pero cuando hay una exposición como ésta tiene mucho éxito. La solución de abrir por la noche es brillante”, consideró.
Razones diversas
Eduard, de 55 años, director financiero, o Noriko, japonesa que vive en París, no “habían encontrado tiempo para verla”.
Otros han creído que era “una errata. No lo hemos hecho a posta, en la reserva creíamos que 2:30 era 14:30”, explica Gerard Sainton, informático de 59 años.
En cambio, Isabelle Billon, de 53 años, historiadora del arte, pensaba que “había menos gente a esas horas”.
Pero la afluencia en las salas de exposición es parecida a la que hay durante el día. El público, mayoritariamente joven, está muy atento y toma su tiempo para mirar los cuadros.
Pierre, de 15 años, fue con su madre que le despertó a las dos de la mañana, un poco por obligación. No es “un gran seguidor de Picasso”, y su opinión es bastante “moderada”. “Aunque las primeras obras de Picasso son interesantes, las distorsiones...” Pero está contento de haber podido ver El secuestro de las sabinas, de Nicolas Poussin.
“Me ha gustado mucho la idea de abrir por la noche”, dice Roland Monier, escultor de 60 años, que ha venido desde Guingamp, porque dice que “no se tiene la misma sensibilidad por la pintura durante el día. Hace mucho tiempo que creo que los museos deberían estar abiertos por la noche”, afirma.
“Las personas son menos agresivas que durante el día”, dice Farid Dahmani, un guardia que, como todos los trabajadores, se ha presentado voluntario para laborar por la noche y recibir la prima correspondiente.
“La gente está más relajada y más tranquila que durante el día”, añade Sebastien Hermet, muy ocupado detrás del mostrador de la librería. No le falta trabajo. “Uno de cada 15 visitantes compra un catálogo. Vamos a vender 500 esta noche”, indicó Hervé Helies, jefe del servicio social de la RMN.