REPORTAJE /Titánica labor de 70 años
Ausencia de política cultural
La jornada del domingo transcurrió en la televisión mexicana entre el uno a cero a favor del árbitro en el partido Toluca-Pumas, la magia del emparrillado y el ovoide (que al final se comió a los tres cochinoides) en el Supercalzón (Supertazón), el poderío magnífico de El Jefe Bruce Springsteen en el medio tiempo y, junto al infame paquete de espots que transmitió el dupolio televisivo versus el IFE, un espot igualmente insistente de la Secretaría de Turismo que nos vende como “un país fuera del planeta” con escenas improbables donde predomina su foco: lo que el gobierno panista considera su objetivo central, el “turismo religioso”, documentado ya en estas páginas merced a un reportaje de Mónica Mateos, una iguana de colores que el turista jamás encontrará y la multiplicación vía photo-shop de una muchacha disfrazada de Frida Kahlo, que tampoco encuentra quien visita México.
La proliferación del lema ImagINAH con el subtítulo “Turismo Cultural” confirma la intención del gobierno empresarial de “explotar” el patrimonio tangible y el intangible con el pretexto de la cultura. Hasta el momento, lo hecho y lo anunciado solamente confirman la ausencia de una política cultural de Estado y en su lugar la implantación de vulgares estrategias de marketing.
Las autoridades actuales del INAH, organismo que este día festeja sus 70 años, y que constituye uno de los últimos baluartes de lo que todavía es México, llegaron anunciando que no convertirían las zonas arqueológicas en disneylandias. ¡Que Rico McPato nos ampare!
Es claro que nadie se opone al progreso; ya lo han dicho los expertos, los académicos más respetados: el problema es el cómo. ¿No acaso quien viaja a Europa termina haciendo turismo cultural todo el tiempo sin causar daño alguno?