■ Pese a las encuestas favorables, muchos aspirantes fueron relegados
Crece inconformidad en el PRD por puestos
En víspera del registro de aspirantes del PRD para competir por una curul en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y las 16 jefaturas delegacionales la inconformidad por la imposición de precandidatos crece entre quienes fueron relegados, a pesar de obtener mejores resultados en las encuestas electorales.
Ayer, el diputado federal Alfonso Suárez del Real declinó a la precandidatura para la diputación local del distrito 14 que le ofreció Izquierda Democrática Nacional (IDN), tras inconformarse por la manera en que se procesó la postulación del abanderado a la jefatura delegacional de Cuauhtémoc, en donde, agregó, se pretende “consolidar un cacicazgo”.
Indicó que con la postulación de Agustín Torres para ese cargo se busca establecer una “sucesión pactada”, contraria a los principios y espíritu del PRD, cuando a su juicio la mejor opción es el diputado local Tomás Pliego Calvo, tal como lo demuestra la preferencia en la intención del voto a su favor, lo cual no fue considerado.
“Creo que cuando varias encuestas reflejan una situación similar, en la que una candidatura más ciudadana y menos de gremio o tribu es la que tiene el mayor apoyo, debe tomarse en cuenta, pero aquí no se hizo la lectura correcta, de que la ciudadanía no ve con buenos ojos eso de imponer un sucesor”, apuntó.
Suárez del Real, quien señaló que no buscará contender en los comicios internos, sino concluir su gestión como legislador, apuntó que, de no haber una rectificación, respaldará a Pliego Calvo si el perredista toma la decisión de registrarse como precandidato a la jefatura delegacional de manera independiente al bloque de Izquierda Unida (IU).
Otro caso es el del diputado federal Andrés Lozano, quien anticipó que buscará registrarse como precandidato a la jefatura delegacional de Gustavo A. Madero, tras considerar que en dicha demarcación, lejos de tomar en cuenta “el peso político y la trayectoria”, se optó por imponer a un “candidato oficial” que no cuenta con las “cartas credenciales”.
“Vemos que no se hizo un análisis objetivo en la delegación. Cualquier decisión debió basarse en la lógica de los mejores resultados, pero no fue así, y en ese contexto es muy difícil mantenerse en el acuerdo de Izquierda Unida (IU), que está sostenido por intereses sin sentido”.