■ Pese a la evidencia científica, insiste que el embrión es “ser racional”
Defenderá Gobernación derechos de los niños “desde la concepción”
Con el supuesto objetivo de garantizar la protección de los derechos humanos en México y cumplir los compromisos con organismos internacionales, desde la Secretaría de Gobernación se diseñan los criterios que debe manejar la administración pública federal en esta materia, y a partir de una visión conservadora establece –en contra de la evidencia científica– que un ser humano es tal desde la concepción y que el embrión es un “ser racional”, por lo que desde ese momento deben existir políticas de responsabilidad y cuidado.
Este lineamiento forma parte de los trabajos de la Subcomisión de Derechos de la Niñez de la Comisión de Política Gubernamental en Materia de Derechos Humanos, éste último creado con carácter permanente el 11 de marzo de 2003, “para coadyuvar con el gobierno en la tarea de implementar medidas eficaces para evitar violaciones a los derechos humanos”, y atender los acuerdos y recomendaciones de organismos internacionales.
La Subcomisión de Derechos de la Niñez está integrada por seis grupos de trabajo, los cuales “tienen como objeto atender de forma integral los derechos consagrados en la Convención de Derechos de la Niñez de la Organización de Naciones Unidas”, se señala en el documento Concepto de Niño.
Derivado del análisis de instrumentos jurídicos nacionales, este grupo de trabajo “concluyó que era necesario construir un concepto integral de niñez”, a fin de evitar disparidades que pudieran vulnerar los derechos de la infancia. Se trata, explica el documento –hasta ahora de circulación restringida–, de tener una unificación de criterios en la administración pública federal.
El texto aborda el “concepto de niño” desde los puntos de vista médico, social y legal. Desde el primero, plantea que el ser humano existe desde el momento de la concepción. “El embrión humano es un ser racional, pues pertenece a la especie humana por su genoma, el cual le permite desarrollarse con funciones propiamente humanas”.
Indica que “el cuidado y protección del individuo se tiene que dar desde la fecundación e incluso proteger con el principio de precaución por el impacto y manipulación que se puede dar en el material genético desde la fertilización”.
Va más allá al mencionar que “por su especial dignidad, un ser humano ni en el estado embrionario ni en cualquier otra etapa de su desarrollo debe ser considerado y tratado como un medio para otros fines”, para luego recomendar que se realice una redefinición del concepto de niño con base en los parámetros señalados.
El documento de más de 40 páginas también contiene datos específicos para cada etapa de la vida, a partir del nacimiento y hasta la adolescencia y las características del crecimiento por grupo de edad.
Desde el punto de vista jurídico, el texto retoma el contenido de leyes nacionales, tratados y convenciones internacionales relacionadas con los derechos de la infancia, la erradicación de la discriminación contra mujeres, entre otras, para luego concluir: “los instrumentos jurídicos expresan literalmente y en otros tácitamente el reconocimiento y protección del menor (niño) desde su concepción, hasta los 18 años, edad que biológicamente pasa a adulto y jurídicamente se le da el reconocimiento de adulto”.