■ El gobierno, única entidad que queda para romper el ciclo recesivo, dice el presidente
Demorar la aprobación del paquete sólo profundizará el desastre: Obama
■ En su primera rueda de prensa promueve su plan económico para salvar 4 millones de empleos
■ Emprende una serie de visitas a las ciudades de EU más afectadas por la crisis económica
Ampliar la imagen Aspecto de la primera conferencia de prensa que ofrece Barack Obama desde la Casa Blanca Foto: Reuters
Nueva York, 9 de febrero. Barack Obama y sus aliados pronostican algo así como el fin del mundo si no se ejecutan acciones inmediatas para subsidiar con miles de millones de dólares a lo que antes se llamaba el libre mercado, y hoy el presidente llevó este mensaje directamente al público para promover el paquete de rescate económico de unos 800 mil millones de dólares.
En el inicio de una serie de foros tipo campaña electoral, donde esta semana visitará puntos geográficos severamente afectados por la crisis, Obama, en la deprimida ciudad de Elkhart, Indiana (donde se han perdido más empleos que en cualquier otro lugar en el país, con una tasa de desocupación que hace un año era de poco más de 4.7 por ciento y ahora alcanza 15.3 por ciento), responsabilizó nuevamente a la avaricia de Wall Street y a las políticas “fracasadas” del pasado y recordó: “ustedes no nos enviaron a Washington porque estaban esperando más de lo mismo. Nos enviaron ahí para cambiar las cosas”.
Obama reiteró su mensaje central de que “no podemos esperar más” y “hemos tenido un buen debate, ahora es tiempo de actuar”. Afirmó que aunque no puede prometer que todo el plan funcionará, “lo que sí puedo decir con toda confianza es que demora sin fin o parálisis en Washington frente a esta crisis sólo llevará a un desastre cada vez más profundo; lo que puedo decir es que no hacer nada no es opción”.
Repitió estos argumentos en su primera conferencia de prensa presidencial, realizada en hora pico que se transmitió a todo el país esta noche desde la Casa Blanca; ahí afirmó que el paquete de recuperación económica tiene que girar en torno a “crear o salvar 4 millones de empleos y sentar las bases para el crecimiento económico”. Obama subrayó que ante las dimensiones sin precedente de esta crisis, el gobierno es “la única entidad que queda” para romper el ciclo recesivo y descartó todo argumento que se opone a la intervención gubernamental en esta coyuntura que describió como la “emergencia económica más profunda desde la Gran Depresión”.
Y subrayó: “lo que no haré es regresar a las teorías fracasadas de los últimos ocho años... de eso se trató esta última elección”.
Obama señaló que los objetivos son crear o salvar 4 millones de empleos, hacer fluir de nuevo el crédito, estabilizar el mercado inmobiliario, y sobre todo revertir el desplome y recuperar el crecimiento económico.
Recordó que este martes su secretario del Tesoro anunciará la estrategia para emplear los 350 mil millones restantes del paquete de rescate del sector financiero. Afirmó que esta crisis general detonó cuando los financieros “asumieron riesgos exorbitantes con el dinero de otra gente”, y cuando todo estalló se congelaron los mercados de crédito y así contagiaron a la economía en general.
Tras fracasar en su intento de generar un amplio acuerdo bipartidista en el Senado, ante la renuencia del liderazgo republicano a pesar de un intenso cabildeo directo del presidente, Obama busca intensificar la presión sobre los legisladores apelando directamente al electorado.
Por ahora, después de algunas concesiones del presidente y los senadores de su partido, el Senado ha llegado a un acuerdo con el apoyo de tres republicanos moderados y con ello se superan los 60 votos requeridos para proceder hacia la aprobación del paquete, lo cual se espera que ocurra este martes.
La Cámara de Representantes ya aprobó su versión, y cuando el Senado apruebe la suya, iniciarán negociaciones entre las dos cámaras para elaborar una versión reconciliada que tendrá que ser sometida a un voto final de aprobación en ambas cámaras y después enviada al presidente para ser promulgada. Algunos optimistas creen que todo ello se podría lograr esta misma semana, o a más tardar la próxima.
Y es que después del susto que provocó el informe de casi 600 mil empleos que se evaporaron sólo en enero –y con ello un total de 3.6 millones de empleos perdidos desde que se inicio esta recesión en diciembre de 2007–, el pánico empieza a sentirse en varios rincones del país. Y los pronósticos sólo indican que esto no ha tocado fondo, lo que presiona a la cúpula política a tomar medidas cuanto antes.
Para resucitar a esta economía moribunda, afirman los políticos y economistas tanto liberales como conservadores en un consenso inusual, se requiere de un gasto federal gigantesco cuyo objetivo es estimular el consumo, la inversión y la generación de empleo tan pronto como sea posible. Qué tamaño, en qué invertir los fondos, y cómo distribuir este tesoro está al centro del debate. La mezcla de gasto público y reducciones de impuestos aún está en disputa.
El paquete incluye apoyo federal a la educación, salud, infraestructura y otras obras públicas, asistencia directa a gobiernos estatales y locales para evitar recortes de servicios públicos y despidos en el sector publico, inversión en proyectos de energía alternativa, como estímulos a través de reducción de impuestos o subsidios a algunos sectores entre otras iniciativas. Varios economistas destacados han insistido en que debería de ser aún más grande, ya que el tamaño del “hoyo” en la economía estadunidense en el transcurso de los próximos tres años, se calcula en más de tres veces ese monto.
Nadie se atreve a pronosticar cuándo se podrá superar esta crisis. El asesor nacional económico de la Casa Blanca Lawrence Summers en entrevista con CNN hoy se limitó a hablar sobre cómo “contener y reducir el daño” de esta crisis, y “sentar las bases” para un “crecimiento económico a futuro”.
Esta noche Obama, después de advertir que “será un año difícil”, resumió así esta coyuntura: “la fiesta ha terminado”.
La guerra
Aunque casi todas las 13 preguntas en su primera conferencia de prensa –sus respuestas fueron largas y didácticas– se centraron en la crisis económica, Obama respondió algunas sobre política exterior. Reafirmó que aunque Estados Unidos reprueba la asistencia de Irán a agrupaciones “terroristas” y su intento de desarrollar armas nucleares, dijo que su gobierno está “buscando aperturas” para la diplomacia directa y que “ahora es el momento para que Irán envíe algunas señales de que está dispuesto a cambiar”.
En cuanto a Afganistán, dijo que “será un gran desafío”, ya que el gobierno nacional parece estar desvinculado de las comunidades, y mientras tanto el talibán y Al Qaeda continúan operando, algo que es inaceptable. Repitió que se requiere de un esfuerzo regional combinando elementos militares, diplomáticos, de desarrollo y trabajo en conjunto con aliados en esa situación.
Sobre propuestas en el Congreso para investigar las acciones potencialmente ilegales del gobierno de George W. Bush en su manejo de la “guerra contra el terror”, Obama reafirmó su posición de que aunque “nadie está por encima de la ley”, prefiere “ver hacia adelante que hacia atrás”. Al mismo tiempo enfatizó que su gobierno ha establecido que “no torturamos, que cumplimos con la Convención de Ginebra y el reino de la ley”.