■ Se presentaron en Madrid tres cuentos inéditos del autor de Rayuela
El eterno inconformismo de Cortázar mantiene su obra viva, señala experta
■ Su novela cumbre fue incomprendida por intelectuales de su generación, pero los jóvenes la abrazaron, dice Mariángeles Fernández
■ Proponía “un mundo alternativo”, desde la realidad
Madrid, 9 de febrero. En 1994, cuando se cumplían 10 años de la muerte de Julio Cortázar, costaba encontrar su obra en España. Hoy, a 25 años, está más viva que nunca, no sólo por la presencia de sus libros más importantes en las librerías, sino también por la próxima edición de textos, cartas y cuentos hasta ahora inéditos.
¿Cómo consigue este autor nacido en 1914 seguir siempre joven, de forma similar a lo que le pasaba en vida, en que una enfermedad lo hacía parecer mucho menor de la edad que tenía? Para Mariángeles Fernández, coordinadora de talleres de lectura de su obra en el Centro de Arte Moderno de Madrid, la respuesta está en su eterno inconformismo.
“Hoy siguen vigentes las mismas preguntas que la humanidad se hizo siempre, y los jóvenes siguen planteándoselas”, señaló al explicar que a sus cursos, que imparte cada tres meses, acuden cada vez más jóvenes.
La obra más destacada de Cortázar, Rayuela, de 1963, fue incomprendida en su día por los intelectuales de su propia generación, y abrazada en cambio por los jóvenes de esa época. En esa obra plantea que “Occidente no es la verdad absoluta, que no nos podemos confiar, y que hay que desconfiar primero que nada del lenguaje”, afirmó Fernández.
A todo ello se suma la propuesta lúdica de Cortázar, que siempre lo diferenció del resto de escritores latinoamericanos de su época, en general tan solemnes.
Los cuentos de Historias de cronopios y de famas (1962), de los que se acaban de publicar tres inéditos en una edición artística con dibujos de Judith Lange y caligrafiada a mano por Josemaría Passalacqua, conectan como ninguno con ese aspecto juguetón y fantástico de la realidad, que no por ello deja de generar reflexión mediante una vuelta de tuerca al mundo, en este caso desde los desordenados y simpáticos cronopios y los serios y estrictos famas.
Todo mundo quiere al escritor
El Centro Editores ha sido responsable de la cuidada publicación, en una tirada de cien ejemplares firmados que se venden a 260 euros, pero que estarán también incluidos en una edición completa que planea Alfaguara para este año, a un precio más económico.
Además, verán la luz dos nuevos volúmenes de cartas y textos inéditos hallados en una cómoda del escritor, que incluyen, entre otros escritos, un capítulo que al final no publicó de Libro de Manuel (1973), cartas, cuentos y “autoentrevistas”, con el título de Papeles inesperados, así como una edición definitiva de sus poemas de Salvo el crepúsculo.
A la presentación de los cuentos inéditos titulados “Almuerzos”, “Vialidad” y “Never stop de Press” acudió su primera esposa y responsable de su legado, Aurora Bernárdez.
El acto fue “cálido, emotivo amable, en un ambiente de gran amistad”, explica Fernández, recordando otra de las carácterísticas especiales de Cortázar: todo mundo lo quiere, incluso los que no lo conocieron en persona.
La edición de lujo refleja además otra de sus pasiones, ya que el escritor amaba el libro como objeto artístico, y de hecho fue autor de muchos junto con amigos de París, donde residía desde 1951.
“Cortázar propone un mundo alternativo, pero siempre partiendo de la realidad, y creo que por eso también tuvo éxito”, señaló Fernández. A partir del presente, “la literatura da el camino y el lenguaje la música”.
Rayuela, su novela más innovadora, derrumbó numerosos estereotipos. “En el boom latinoamericano, todos aportaron, cada uno una cosa, pero en cuanto al lenguaje y a la estructura, el que marcó la pauta fue Cortázar”, añadió.
Sea que los autores hispanoamericanos quieran o no reconocerlo, son deudores del autor argentino: “Detrás del cronopio hay un universo, detrás de cada palabra hay un universo”.