Usted está aquí: viernes 13 de febrero de 2009 Estados En dos años, 293 salvadoreños han muerto o desaparecido en México

■ El embudo de la muerte, la parte más peligrosa del trayecto de los migrantes hacia EU

En dos años, 293 salvadoreños han muerto o desaparecido en México

■ Centroamericanos buscan a familiares y piden a las autoridades mexicanas “humanizar” sus políticas migratorias

■ Criminalizar a los indocumentados propicia extorsiones y abusos, señalan

Ángeles Mariscal (Corresponsal)

Ampliar la imagen Familiares de migrantes salvadoreños en México pidieron a las autoridades mexicanas dar trato humanitario a los indocumentados y crear una base de datos para identificar a quienes han muerto. En la imagen, los centroamericanos muestran carteles con fotos de los desaparecidos, junto a las vías del tren Chiapas-Mayab Familiares de migrantes salvadoreños en México pidieron a las autoridades mexicanas dar trato humanitario a los indocumentados y crear una base de datos para identificar a quienes han muerto. En la imagen, los centroamericanos muestran carteles con fotos de los desaparecidos, junto a las vías del tren Chiapas-Mayab Foto: Ángeles Mariscal

Arriaga, Chis., 12 de febrero. Los migrantes salvadoreños llaman al sureste de México el embudo de la muerte. Dicen que si logran cruzar la zona, prácticamente ya están en Estados Unidos. Según el Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos o Desaparecidos de El Salvador (Cofamide), 293 personas de ese país han desaparecido o muerto en Chiapas, Tabasco, Veracruz y Oaxaca en los dos años recientes.

El Cofamide busca a los ausentes y reivindica la migración como un derecho universal; asimismo exige a las autoridades mexicanas y a las de su país de origen “humanizar” la política migratoria, pues aún se considera la migración como un delito, lo que da pie a extorsión y abusos.

Una delegación del Cofamide, formada por familiares de desaparecidos, sobre todo madres mayores de 60 años, recorrió esta semana la ruta que siguieron sus hijos por Chiapas y Oaxaca. “Más de 80 por ciento de los que pasan por este territorio sufren robos, golpes, abusos sexuales, secuestros, asesinatos”, sostuvo el sacerdote Heyman Vázquez Medina, quien administra el albergue para migrantes de la ciudad de Arriaga, donde atiende a por lo menos 200 indocumentados cada día.

El 23 de diciembre pasado, un tren en el que viajaban migrantes de polizones fue asaltado en Arriaga. Dos indocumentados murieron. La primera semana de febrero hubo dos robos similares en el municipio de Pichucalco; un centroamericano pereció y otro fue herido gravemente.

“Yo siempre les digo: si te van a asaltar, coopera; si te están golpeando, no opongas resistencia. Sólo piensa que tienes que seguir. Uno que iba conmigo murió. Ya nos habían asaltado y se estaban yendo cuando les gritó: ‘¡trabajen, güevones!’ Se regresaron y le dispararon”, narró Carlos Orlando, quien ha intentado llegar a Estados Unidos en tres ocasiones.

Luis Perdomo, fundador del Cofamide, afirmó que el tráfico de migrantes es la segunda fuente de ingresos del crimen organizado, sólo superada por el narcotráfico.

Heyman Vázquez explicó que las mafias “ya no sólo controlan a los coyotes (traficantes de personas); ahora ellas mismas asaltan a los migrantes, van en camionetas, vestidos de negro y armados. Los secuestran y los obligan a llamar a sus familiares para que depositen dinero en cuentas bancarias”.

A los ataques de los criminales se suman los abusos de las corporaciones policiacas mexicanas. Apenas el 9 de enero tres migrantes fueron acribilladas en el poblado Arcotete, municipio de San Cristóbal de las Casas.

En dos años de búsqueda, el Cofamide ha localizado a 16 de los 293 salvadoreños perdidos. Sólo dos estaban vivos.

El 9 de febrero en Tapachula, Chiapas, integrantes del comité tuvieron una reunión con autoridades mexicanas de los tres niveles de gobierno. Solicitaron la creación de una base de datos para ordenar los incidentes relacionados con migrantes detenidos y hallazgo de cadáveres.

“Todas las personas tienen derecho a migrar cuando su país no les da condiciones de vida adecuadas; es un derecho universal que debe respetarse. Si las autoridades mexicanas hicieran patrullajes o redadas en los puntos donde saben que existen los abusos, como el cruce de La Arrocera, en el municipio de Huixtla, seguro disminuiría el número de migrantes muertos”, señaló Luis Perdomo durante a reunión.

La Caravana de la Esperanza del Cofamide arribó este jueves a Ciudad Ixtepec, Oaxaca, acompañada por el cónsul de El Salvador en Chiapas, Nelson Miguel Cuéllar Hernández, quien celebró que el gobierno de Chiapas se comprometiera a crear un banco de datos de restos de salvadoreños enterrados en esa entidad, y a vigilar el tramo del Ferrocarril del Istmo que va de Arriaga, Chiapas, a Chahites, Oaxaca, para evitar evitar asaltos y vejaciones a los migrantes.

Con información de Octavio Vélez e Hiram Moreno, corresponsales

 
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