■ La simulada paz que daba el PRI, producto de impunidad a delincuentes, dice Germán Martínez

Retorno de México al pasado, meta de los que auguran catástrofe y un Estado fallido: PAN

■ El miedo se vence con la verdad, señala a quienes tienen miedo de perder su empleo o su patrimonio

Georgina Saldierna y Fabiola Martínez

El dirigente nacional del PAN, Germán Martínez Cázares, aseguró que con su partido no hay un Estado fallido o doblegado, como “padecimos en México hasta hace pocos años”, subrayó en alusión a los gobiernos del PRI, a los que acusó de pregonar una simulada paz social, “que era producto de conceder a los delincuentes márgenes de impunidad a cambio de aparente e ilusoria tranquilidad”.

Por otra parte, justificó la decisión de la cúpula panista de designar candidatos; reconoció que fue una medida difícil, pero al mismo tiempo efectiva, pues de esa manera se resuelven los conflictos internos del partido y se garantiza abrir las puertas del PAN a personajes externos.

Frente a la inconformidad que ha generado dicha decisión, pidió a la militancia actuar con generosidad y resaltó que la selección de aspirantes se puede llevar a cabo manteniendo la unidad. Incluso, resaltó que “en el PAN caben todos”, y demandó a los consejeros nacionales ponerse en campaña. “Ningún panista tiene derecho a bajar los brazos”, advirtió.

El dirigente abrió los trabajos del Consejo Nacional del blanquiazul con un espaldarazo a las candidaturas de Fernando Elizondo y Alejandro Zapata a los gobiernos de Nuevo León y San Luis Potosí, respectivamente, luego de presidir una ceremonia para izar la bandera nacional en un asta recién colocada en el patio principal de la sede panista.

Frente a los soldados del 78 batallón de infantería y una banda militar, Martínez Cázares; el ex mandatario Vicente Fox; el gobernador de San Luis Potosí, Marcelo de los Santos, y los coordinadores parlamentarios en San Lázaro, Héctor Larios, y en el Senado, Gustavo Madero, fueron testigos del inédito acto.

El dirigente reconoció que “el reto del PAN es enorme, pues vamos en medio de una amenaza que desestabiliza la economía de todo el mundo”. Refirió que muchos mexicanos tienen miedo de esta crisis, de perder su empleo, su ahorro, su patrimonio o el valor de su dinero.

Pero el miedo sólo se vence con la verdad –puntualizó, y reivindicó el papel del Estado para corregir la prepotencia económica.

Consideró que “no es casualidad que en estos tiempos difíciles se junten los agoreros de la catástrofe con los que odian la libertad, a los que se suman gustosos esa suerte de profetas del Estado fallido. Todos buscan ese río revuelto que regrese a México al pasado”, enfatizó.

Dijo que en el país no hay un Estado fallido ni para mitigar los efectos de la crisis económica foránea ni para combatir el delito. “A nuestros adversarios les decimos que nuestros gobiernos no fallan.

“Pero sí falla en su misión aquel gobierno que se desentiende de generar igualdad de oportunidades, que abandona en los particulares la procuración de bienes y servicios básicos, que renuncia a intervenir en el mercado para compensar desventajas, que reniega de su deber de garantizar el acceso de todos a los bienes públicos.

“Es fallido el gobierno que concede a los delincuentes márgenes de impunidad a cambio de aparente e ilusoria tranquilidad, como aquella simulada paz que cantaban los priístas. Ese Estado que hereda los problemas a las próximas generaciones, que no los enfrenta para evitar el juicio presente. Ese es el verdadero Estado fallido”, insistió.

Asimismo, expuso que también es fallido el gobierno de la reinvención sexenal para ocultar las crisis de cada seis años, y el que voltea para otra parte mientras las calles están secuestradas por los criminales.

Ante más de 200 consejeros, sostuvo que la selección de los candidatos se ha construido en coordinación con las dirigencias estatales, escuchando a las partes y buscando los equilibrios internos, y les pidió aceptar que en muchos casos las rutinas panistas son ataduras para el éxito electoral y que las candidaturas no pueden ser sometidas a las cuotas, a la manipulación interna de los padrones ni se deben decidir en función de la nómina del partido o de los gobiernos.