■ Carstens, Gil Díaz y Luis Téllez participan en la maquinación, acusa diputado perredista
Denuncian trama para despojar al país de red de fibra óptica y cederla a Telefónica
El gobierno, con el auspicio del secretario de Hacienda, Agustín Carstens, y la influencia de Francisco Gil Díaz, pretende entregar gratuitamente la red de fibra óptica propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a la trasnacional Telefónica Movistar, denunció el diputado federal perredista Juan Guerra Ochoa.
Expuso que el costo, erogado por el erario, de la red de fibra óptica asciende a más de 4 mil millones de dólares, de los cuales la empresa española no pagaría un solo centavo.
Entre 2004 y 2005, Gil Díaz, como secretario de Hacienda, promovió que la CFE tendiera en todo el territorio nacional una red de fibra óptica similar a la de Teléfonos de México (Telmex), o incluso con mayor cobertura.
A través de ella se puede dar el servicio de telefonía, de Internet y de televisión; es decir, con esa red la diferencia entre la telefonía por cable y la abierta prácticamente desaparece, porque sería capaz de cubrir a 90 por ciento de la población.
Desvío de recursos
“Eso se hizo a cargo del erario, y costó más de 4 mil millones de dólares; desde mi punto de vista, se constituyó un peculado porque se dio a través del desvío de recursos, porque si bien la CFE tiene necesidad de comunicación, no implicaba el tendido de esa red. Todo indica que se tendió con toda la intención, y como parte del paquete que negoció Gil Díaz con la trasnacional española Telefónica para asociarse, y que el ex secretario de Hacienda quedara al frente de esa empresa.”
Guerra Ochoa refiere que el problema para los bienes nacionales se ubica cuando Carstens insiste en modificar la Ley de Inversión Extranjera para que empresas trasnacionales tengan participación accionaria superior a 49 por ciento, hasta ciento por ciento.
“Esto nos vuelve a poner en alerta. Es la nefasta intención de Gil Díaz, porque no es tanto la participación de capital extranjero, toda vez que de manera ilegal, y sin que haya sanciones, con Luis Téllez Kuenzler como cómplice, Telefónica mantiene el 97 por ciento de las acciones, sin existir presencia mexicana. Se configura una clara violación a lo que establece la ley, en cuanto que los mexicanos deben tener 51 por ciento. Esto lo supimos no en México, sino por un reporte que elaboró la Bolsa de Valores de Nueva York sobre la trasnacional española.
“Por eso la propuesta de Carstens, que es empleado de Gil Díaz, misma que hizo en el alcázar de Chapultepec, implica legalizar lo que ya hicieron de facto en violación a las leyes, y por el otro lado el asunto de regalarle esta red de fibra óptica a Telefónica, para seguir con la economía de compadrazgos, porque si la hubiera construido el grupo español, sería otra cosa.”
–¿Existen evidencias de que Telefónica actúa fuera de la ley?
–Telefónica tiene estatus de evasor de impuestos. Tal condición la formuló Gil Díaz. Y ésta se mantiene hasta estos días, porque aprovechando el roaming internacional, establece que sus llamadas no son locales, sino internacionales y están exentas del pago de IVA; de esa forma paga menos impuestos que cualquier empresa.
–El argumento gubernamental es que los precios por el servicio son altísimos, y por tal razón se justifica lo que llaman apertura del mercado.
–Las altas tarifas no sólo son responsabilidad de Telmex y de Telefónica; el principal responsable es el gobierno. Tengo un documento que la Cofetel (Comisión Federal de Telecomunicaciones) envía a Telmex, donde no le acepta de ninguna manera una reducción de tarifas, toda vez que eso le daría un precio monopólico y dejaría a los competidores sin capacidad de competir.
Así, “en realidad lo que quieren, como ocurre con los bancos, es que se lleven los recursos para otro lado”.
–En medio de esto, ¿qué papel juega el secretario de Comunicaciones y Transportes?
–Luis Téllez es un jurado del malinchismo y de la inversión extranjera, y lacayo de los monopolios. Es un encubridor de Carlos Salinas, o es un hombre tan demagogo y tan frívolo que cree que puede hacer afirmaciones que luego se hacen públicas, y decir que las dijo, pero que no tiene elementos. Caramba, si las dijo es porque tiene elementos, o porque es un calumniador. Él protege los intereses de Telefónica, que son los mismos intereses del gobierno de Felipe Calderón.