San Diego, 15 de febrero. El sur de Estados Unidos experimenta una demanda sin precedente para detener la construcción del muro en la frontera con México, que se aceleró en las últimas semanas del gobierno de George W. Bush.

Ya no somos solamente los grupos y comunidades que tradicionalmente hemos pedido que se detenga la construcción por diversas razones, dijo el activista Pedro Ríos.

Ahora un grupo de congresistas federales de la frontera y otros piden al presidente (Barack) Obama y al Departamento de Seguridad Interna que lo detengan, indicó.

Ríos dirige el Proyecto de Monitoreo de la Frontera del Comité de Servicios Amigos de las Américas, organización de base de los cristianos cuáqueros, que pide desde 1993 detener la construcción del muro.

La barda es un costoso error de Bush, cuya construcción ignora leyes y comunidades fronterizas, e incluso la opinión de agentes migratorios que por más de una década se opusieron, según congresistas demócratas de la frontera.

En una era de avances tecnológicos, el muro fronterizo es una técnica anticuada que separa a nuestras comunidades y daña nuestras relaciones transfronterizas, indicaron en una carta a Obama todos los congresistas demócratas de distritos electorales en la frontera con México.

El muro fue erróneamente concebido y careció de la opinión de las comunidades locales o de las jefaturas de la Patrulla Fronteriza, que son los más familiarizados con los retos de la seguridad en la frontera, agregaron los legisladores.

Entre los firmantes figura Silvestre Reyes, quien fue jefe de la Patrulla Fronteriza en El Paso, Texas, cuando la barda apenas era un proyecto.