El México real ha estado prácticamente ausente de la pantallas cinematográficas en las décadas recientes, porque las producciones sólo responden al contexto de las colonias Condesa o Coyoacán, lugar donde viven varios cineastas, comentó el cineasta Carlos Mendoza, director de canalseisdejulio, en el foro México y el mundo actual, que organizan La Jornada y Casa Lamm, que este lunes abordó el tema: El impacto del neoliberalismo en la cultura mexicana: el desmantelamiento de la cinematografía nacional.

Al referirse al tema de la censura, Mendoza explicó que la eliminación de la problemática social en las cintas, se debe en gran parte a que el gobierno conocía de sobra el peligro del cine como instrumento de propaganda.

Por su parte, el realizador Jorge Fons, otro de los participantes en el foro que se realiza en el Centro Cultural Casa Lamm, se refirió al avasallador cine de Hollywood y su invasión en el orbe: Si observamos las programaciones de cualquier país, encontraremos que no se exhiben películas de ese lugar ni de la cinematografía mundial; solamente se proyectan las producciones de Hollywood, porque Estados Unidos ha logrado apoderarse de casi todas las salas de cine del mundo.

Dijo que con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Estados Unidos logró que México echara por tierra una legislación que garantizaba la presencia del cine mexicano en las salas del país; fue el banderazo que cambió las condiciones de exhibición y la liberación del precio, que en la actualidad ronda o sobrepasa los 50 pesos, sin contar con las salas VIP.

Explicó que ante la ausencia forzada de cintas nacionales, los mexicanos cada día son víctimas de la ideología estadunidense que va implícita en los productos hollywoodenses. Dijo que en la mecánica del fenómeno del neoliberalismo surge un cambio que aniquila conceptos como soberanía, nacionalismo y democracia.

Perdimos nuestra voz

Ya perdimos nuestra voz y el lenguaje. Existe un divorcio de nuestro cine con la gente. Los mexicanos prefieren pasarla bien con las películas masivas que se hacen en Hollywood. Perdimos ese sentido crítico de saber a qué le entramos, sostuvo.

Asimismo, señaló que la hegemonía de dos partidos, el poder de la televisión y de los grandes empresarios han llevado al país a un caos, en el que la cultura ha perdido su color.

Isis Saavedra Luna, autora del libro Entre la ficción y la realidad: fin de la industria cinematográfica mexicana 1989-1994, detalló que el desmantelamiento del cine mexicano empezó con su inclusión en el TLCAN como mercancía de entretenimiento y no como patrimonio cultural.

La profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) señaló que en 1992 se aprobó la nueva Ley Cinematográfica, y cuando entró en vigor se abrió el mercado del cine y se eliminó toda medida proteccionista.

En su intervención, Saavedra detalló la privatización de la Compañía Operadora de Teatros, que vendió en paquete sus salas de cine y los Estudios América.