La mayor disponibilidad de drogas en México ha ocasionado que se reduzca la edad de inicio en el uso de sustancias ilícitas. Mientras en 2002 los consumidores reportaban haber empezado entre los 15 y 19 años, para 2008 comienzan entre los 12 y 15.

Lo más grave es que cada vez con mayor frecuencia las primeras drogas que consume una persona son cocaína y metanfetaminas, afirmó Carmen Fernández Cáceres, directora de los Centros de Integración Juvenil (CIJ).

En entrevista, comentó acerca de los retos que enfrentan las instituciones encargadas de la prevención, atención y rehabilitación de consumidores de drogas.

Además, indicó que se presentó un aumento en el número de mujeres consumidoras, que se triplicó entre 1992 y 2002 y en el periodo 2002-2008 la prevalencia se incrementó seis veces.

Otro desafío para los CIJ, manifestó, es que sólo 16 por ciento de los aproximadamente 475 mil adictos reportados en el país solicita ayuda profesional para lograr su rehabilitación. De ahí la necesidad de impulsar la detección temprana, lo cual coadyuvará a solucionar otros problemas, como la violencia familiar y la delincuencia. Fernández Cáceres señaló que 40 por ciento de los delitos se comete bajo el influjo del alcohol o las drogas.

La directiva de los CIJ acudió ayer a las oficinas centrales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para ratificar el convenio de colaboración entre ambos organismos, en un acto al que se invitó a los medios de comunicación, pero las autoridades del IMSS les negaron el acceso.

Al término de la ceremonia, Fernández Cáceres se refirió a la problemática de las adicciones en el país, en particular al riesgo en que se encuentra la población infantil. Además de que la edad de inicio en el uso de estupefacientes llegó a los 12 años, a los CIJ también han llegado a solicitar ayuda niños de hasta ocho años. No son la mayoría, pero ya hay, indicó la funcionaria.

Uno de los problemas que enfrentan los programas de salud es la baja percepción de riesgo que existe en la sociedad respecto del consumo de alcohol y tabaco.

Fernández Cáceres destacó que las bebidas embriagantes son factor de riesgo muy importante para los adolescentes, quienes comienzan a consumirlas desde los 12 años de edad y se exponen a situaciones como embarazos no deseados y violencia.

Subrayó la gravedad del problema en el caso de las mujeres de entre 12 y 20 años, quienes reportan un consumo de alcohol igual al de los hombres.

Los CIJ tienen una red de 110 clínicas en el país y los datos epidemiológicos obtenidos de las personas que acuden a solicitar ayuda han servido de base para alertar a las autoridades sobre los riesgos y las nuevas tendencias del consumo de drogas en México, señaló.

Por ejemplo, se observó el aumento en el consumo de cocaína en los años 90, y esto se confirmó posteriormente mediante encuestas. Ahora, agregó, existe una alerta sobre el incremento en el uso de metanfetaminas, principalmente la llamada cristal, en la zona noroccidental de la República, y crack, en la región del Golfo de México.