Hoy día, investigaciones mundiales logran injertos resistentes, pero que rechaza el cuerpo
La intención, generar materiales que restituyan el tejido del hueso sin reacciones colaterales, explicó Lucía Téllez, directora de la investigación
Aún se encuentran en la etapa inicial, señaló
Sábado 21 de febrero de 2009, p. 2
Científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) trabajan en la síntesis de materiales orgánicos e inorgánicos que al combinarse permitirían generar biomateriales híbridos compatibles, útiles en la regeneración de tejido óseo perdido por accidente o enfermedad.
Lucía Téllez Jurado, investigadora de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE) del Politécnico, y directora de la investigación, explicó que la intención es generar materiales bioabsorbentes capaces de restituir el tejido óseo, que sean biodegradables y que se asimilen sin efectos colaterales para el cuerpo, pues a la fecha las investigaciones que se realizan al respecto en el mundo se enfocan en resistencia mecánica y biocompatibilidad con los huesos, pero en muchas ocasiones esos materiales son rechazados por el organismo.
Las investigaciones que se realizan a escala mundial en torno a la búsqueda de nuevos biomateriales se enfocan principalmente en la resistencia mecánica y la biocompatibilidad de los mismos, pero la aportación de nuestro desarrollo radica en otorgar a los biomateriales funcionalidad prolongada en el cuerpo humano, de modo que cuando regenere el tejido óseo tenga capacidad de biodegradarse.
Primeros avances
La experta refirió que la investigación se encuentra en etapa inicial, pero se pretende lograr el diseño de un material que cumpla con las características y propiedades para ser sustituto del hueso. Indicó que el aporte innovador es que se tratará de materiales bioactivos con el cuerpo, que generarán una capa de tejido conectivo o hidroxiapatita, fase mineral del hueso.
Estamos en las primeras etapas de diseño de materiales; hemos conseguido algunos con propiedades reactivas, uno radiactivo y otro con propiedades mecánicas, ahora vamos a someterlo, para ver si es un material capaza de degradarse en el organismo y, de ser así, conocer cuánto tarda en hacerlo. Vemos la reacción química en el cuerpo; al hacerlo, si se va degradando y esos productos pueden matar las células, por ejemplo; nosotros vamos en esa etapa, de observar biocompatibilidad y viabilidad celular. Aún no hemos pasado a animales, porque aún estamos en el diseño de esos materiales. Nuestra pretensión es muy alta y requerimos de muchas pruebas para llegar al propósito.
Señaló que la intención es crear materiales que no sean rechazados por el organismo ni por tejidos celulares, por lo que deben cumplir con todas las características que el cuerpo requiere, como la función química, es decir, que no se corroan ni se degraden; la mecánica, para soportar los esfuerzos a que va a estar sometido el sustituto óseo; la compatibilidad, a fin de que no genere reacciones secundarias, y que sea bioactivo, para generar tejido celular y exista conexión con el cuerpo.
Aquí está la novedad. Estos materiales, al tener esas características, generarán huesos en un fluido corporal
, dijo. Subrayó que en la actual etapa de investigación los científicos politécnicos realizan las pruebas y simulaciones mediante una mezcla de sales que cumplen con la composición del plasma sanguíneo.
La investigadora señaló que las pruebas del IPN son compatibles con el cuerpo debido a que se eligen materiales inofensivos e inertes
, no tóxicos, para que se puedan colocar en el organismo sin generar daños ni reacciones secundarias.
Agregó que para generar este tipo de compuestos híbridos se requieren conocimientos de alta especialidad y amplia experiencia, toda vez que es necesario garantizar la calidad de los compuestos. Por ello, informó que los científicos politécnicos utilizan técnicas especializadas para sintetizar los compuestos, pues se requiere realizar las caracterizaciones microestructural, estructural y física superficial, con alta precisión.
Informó que la mayoría de los participantes en la investigación son estudiantes de posgrado y algunos de licenciatura. Nuestros jóvenes mexicanos están capacitados para hacer investigación de alto nivel; ellos son la fuerza de trabajo; ellos llegan con innovaciones y propuestas a las peticiones de sus profesores
.