Reciben mil 450 pesos por tonelada; quieren elevarla en $150
Domingo 22 de febrero de 2009, p. 20
Empresas harineras amenazaron con aumentar el mes próximo el precio de la harina de maíz en unos 150 pesos más por tonelada, a pesar de contar con un subsidio del gobierno federal, denunció Antonio de la Torre, dirigente de la Unión Nacional de Industriales de la Masa y la Tortilla, quien además preside la comisión de interlocución que organizaciones de molineros y tortillerías del país conformaron para negociar ante la Secretaría de Economía (SE).
Advirtió que si el aumento de las grandes empresas harineras se concreta, entonces la tortilla se venderá como mínimo a 9.50 pesos por kilo al consumidor final, con el riesgo adicional de que quiebren decenas de pequeños micronegocios familiares del ramo.
Desde la crisis de la tortilla, registrado a un mes de que inició el gobierno de Felipe Calderón, los acuerdos oficiales que se establecieron con empresarios, comercializadores e industriales de la cadena maíz tortilla incluyeron un subsidio para las harineras, a fin de que vendieran a bajo costo la harina de maíz a quienes producen el alimento, explicó De la Torre.
La tonelada de harina base
se vendió desde entonces a 5 mil pesos –cinco pesos por kilo–, pero el dirigente explicó que el precio se elevó hasta 5 mil 600 pesos debido a los aditivos que se le pone. Indicó que en los últimos días organizaciones de molineros y tortillerías de diversos estados le han reportado que sus proveedores les notificaron que el precio de la harina subirá 150 pesos por tonelada, pero eso es el precio base, así que con aditivos podría llegar hasta los 6 mil pesos
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De la Torre consideró que no existe razón para encarecer la harina de maíz porque las harineras reciben un subsidio de mil 450 pesos por tonelada, además de que no hay escasez del grano como ocurrió en 2007, pues las autoridades se han ufanado en asegurar que en 2008 se reportaron cosechas históricas.
A lo anterior se suma, dijo, que los supermercados y tiendas de autoservicio han emprendido una campaña desleal y depredadora de precios contra las tortillerías tradicionales porque de manera generalizada, sin importar el tipo de cadena comercial del que se trate, han bajado aún más el precio de la tortilla para venderla hasta en cuatro pesos por kilo, cuando hasta hace unas semanas lo comercializaban entre cinco y seis pesos.
No existe, dijo, ninguna lógica para que ocurra eso “salvo que haya un acuerdo entre