Monterrey, NL, 21 de febrero. El PRI de Nuevo León está secuestrado por los dos grupos que llegaron a la final en la disputa por la gubernatura, y ahora se están repartiendo todas las posiciones que se jugarán el 5 de julio, que además del gobierno estatal serán las 51 alcaldías y 26 distritos locales y 12 federales, aseveró Humberto Cervantes Vega, ex dirigente estatal del tricolor.

El ex edil de Ciudad Guadalupe señaló que sin tomar en cuenta a otros grupos y mucho menos a la militancia del PRI, la corriente hegemónica, la que encabeza el gobernador José Natividad González Parás, logró colocar como aspirante a sucederlo a su ex secretario de Gobierno Rodrigo Medina de la Cruz, y lleva mano en la designación de aspirantes a las alcaldías y diputaciones, pero dejó una parte importante del pastel a Abel Guerra Garza a cambio de que éste aceptara contender por la alcaldía de Monterrey y abandonar sus aspiraciones por la gubernatura.

Gente de Guerra Garza serían el nuevo dirigente estatal del PRI, Miguel Ángel Lozano Munguía y los precandidatos que supuestamente serán registrados por las alcaldías de Guadalupe, Escobedo, Apodaca y García: Ivonne Alvarez, Clara Luz Flores, Benito Caballero y Jaime Rodríguez Calderón, respectivamente.

Cervantes Vega precisó que aun cuando está por terminar el plazo para realizar precampañas (11 de marzo), porque la elección se efectuará tres días después, desconocen quiénes serán los delegados que tomarán la decisión, e incluso hasta donde sabe ni siquiera han sido electos, por lo cual no hay manera de promover su precandidatura a un lugar en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

Exigen equidad en proceso

Cervantes Vega, quien fue diputado de la anterior legislatura federal, donde se distinguió por su rechazo a la privatización del sector energético y defendió un adecuado aprovechamiento de la Cuenca de Burgos, demandó que la dirigencia del PRI envíe un comisionado para que vigile que haya equidad y se cumplan los puntos de la convocatoria para que dos o tres personas del partido no decidan por todos los militantes.

Creemos que ni el gobernador o Abel Guerra tienen por qué poner candidatos a nombre de todos los priístas, dijo Cervantes; no obstante declaró que no se irá del partido aunque le duele lo que ocurre, pues con estas decisiones se corre el riesgo de entregar la gubernatura al PAN, aunque para fortuna nuestra, ellos han tenido los mismos desfiguros, con las imposiciones de Fernando Elizondo y Fernando Larrazábal, por la gubernatura y la alcaldía regiomontana, concluyó.