Washington, 23 de febrero. El presidente estadunidense Barack Obama se comprometió el lunes a reducir a la mitad el enorme déficit presupuestario durante los próximos cuatro años, y dijo que la economía enfrentaría otra crisis si no se atienden los problemas de la deuda del país.

Obama, que en su primer mes de gobierno ha impulsado un paquete de estímulo económico de 787 mil millones de dólares para sacar al país de la recesión, añadió que la necesidad inmediata de impulsar el gasto no significa que los problemas presupuestarios pueden ser aplazados.

Barack Obama prometió que el dinero considerado en el paquete de estímulo de 787 mil millones comenzará a fluir dentro de dos días, para ayudar a los estados a financiar el programa del sistema de salud para los pobres Medicaid.

Si confrontamos esta crisis sin confrontar también los déficit que ayudaron a causarla, nos arriesgamos a caer en otra crisis a lo largo del camino, expuso el presidente en la apertura de un encuentro sobre responsabilidad fiscal en la Casa Blanca.

Aunque su administración ha centrado su energía casi totalmente en sacar a Estados Unidos de la recesión y en el manejo de los problemas del sector financiero, Obama también quiere hacer valer las promesas de campaña, como la ampliación de las prestaciones de salud para los estadunidenses sin seguro médico y la lucha contra el cambio climático.

Su director de presupuesto, Peter Orszag, señaló que era necesario reducir los costos de la asistencia médica para aliviar los dolores de la economía.

Obama invitó a legisladores de ambos partidos, empresarios, dirigentes sindicales y expertos en presupuestos a participar del encuentro para debatir la manera de abordar cuestiones a largo plazo como la atención médica, programas de ayuda social y los programas de contratación federal en áreas como la defensa.

El paquete de fondos para obras públicas, recortes impositivos y ayuda a los estados que Obama promulgó en ley la semana pasada, destacó la división partidista en Washington después de que fuera aprobado en el Congreso con el apoyo de sólo tres votos republicanos.

Muchos republicanos del Congreso cuestionaron el plan de estímulo y lo calificaron de despilfarro. Pero si bien algunos gobernadores republicanos dijeron que rechazarían parte del dinero, otros elogiaron el plan como una ayuda necesaria para sus problemas fiscales.

Reuniéndose con los gobernadores de ambos partidos en la Casa Blanca, Obama les manifestó que una porción de 15 mil millones de dólares del estímulo destinado a ayudar a los estados a pagar el programa de salud para los pobres Medicaid estaría saliendo el miércoles.

Hoy estoy anunciando que este miércoles nuestra administración comenzará a distribuir más de 15 mil millones de dólares en asistencia federal bajo la ley de recuperación para ayudarlos a ustedes a cubrir los costos de sus programas Medicaid, aseveró Obama a los gobernadores.

Esto no es un cheque en blanco, agregó. Trabajaremos estrechamente con ustedes para asegurarnos que ese dinero sea gastado en la forma en que se supone que debe ser gastado.

Obama impulsó el plan de estímulo económico en el Congreso liderado por los demócratas, argumentando que era necesario prevenir que la recesión se convirtiera en una catástrofe económica.