Debe garantizarse la bioseguridad de especies de las que México es centro de origen, señalan
El Protocolo de Cartagena ordena restablecer moratoria para la siembra de transgénicos a campo abierto
Jueves 26 de febrero de 2009, p. 40
El maíz debe ser declarado patrimonio de la humanidad y tiene que garantizarse su inocuidad sanitaria y diversidad, demandó la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, en el contexto de las negociaciones que continúan en México sobre responsabilidad y compensación del Protocolo de Cartagena sobre bioseguridad.
Señaló que se debe instaurar cuanto antes el régimen especial de protección para el maíz y especies de las cuales México es centro de origen, para garantizar la bioseguridad de estos cultivos.
En un comunicado, indicó que tomando en cuenta el principio precautorio que estatuye el Protocolo de Cartagena, se debe restablecer una moratoria para la siembra a campo abierto de maíz transgénico, tomando en cuenta los riesgos que implican los actuales desarrollos, para fortalecer la bioseguridad de este grano básico en el contexto de una política pública integral de monitoreo.
Asimismo, consideró que es urgente fincar responsabilidades por la contaminación transgénica del centro de origen del maíz en México y sus consecuencias, a las personas e instituciones que, con conocimiento de causa, permiten, estimulan o generan la contaminación transgénica de las plantas nativas de México, así como de las instancias de gobierno y sus funcionarios que son responsables de la bioseguridad en el país
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Recordó que ya se ha demostrado científicamente que hasta ahora no ha podido evitarse el flujo génico de los maíces transgénicos a los nativos. Los estudios muestran que en México no es posible la coexistencia de ambos
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Además –precisó–, no existen en el país mecanismos eficientes de biomonitoreo y bioseguridad, los cuales deberían ser más restrictivos que los imperantes hasta ahora, y tendrían que ser de carácter preventivo.
Sostuvo que la contaminación del grano detectada en Oaxaca y Chihuahua aún es reversible, por lo que es urgente localizar las fuentes de donde proviene.
Hasta ahora –indicó–, los estudios sugieren que los transgenes que han contaminado las razas nativas de maíz mexicano pueden provenir de los híbridos comerciales, de los programas gubernamentales de promoción de los mismos o del grano contaminado que se importa de Estados Unidos.