El boxeador Juan Manuel Márquez sube y baja a lo largo de una cuerda, golpea durante horas una llanta vieja de tractor con un marro, sin más protección que unos toscos guantes de carnaza. Dedica largas sesiones a la pera y practica combinaciones sobre el cuadrilátero del modesto gimnasio Romanza, en Iztacalco.

Tras años de sacrificio, el Dinamita tiene la oportunidad de consagrar una trayectoria con los títulos vacantes de los pesos ligeros de la AMB y OMB, al enfrentar al mexicano estadunidense Juan Torito Díaz, en el Toyota Center, de Houston, Texas.

Esta sería la culminación de mi carrera después de tanto esfuerzo, porque nadie me regaló nada y siempre me he sobrepuesto contra viento y marea, confiesa vía telefónica el púgil de 35 años desde su habitación en Houston.

Si Márquez logra esta hazaña será el cuarto mexicano en ser campeón en tres distintas categorías, hasta ahora privilegio de pugilistas como Julio César Chávez, Marco Antonio Barrera y Erick Morales. Nada fue gratis, porque el Dinamita no sólo tuvo que pelear contra los mejores rivales de su peso, sino además ante organismos y hombres de pantalón largo que privilegian intereses económicos por encima de los deportivos.

Me ha costado muchísimo llegar a donde estoy, he sufrido demasiado para tener oportunidades pero, como dicen: lo que no mata fortalece, y después de lo que he vivido estoy más fuerte que nunca, con la convicción de culminar un sueño este sábado ante Juan Díaz, confiesa Márquez, a una horas de la oportunidad de su vida.

No es nuevo en el Olimpo de los campeones. Ya fue monarca pluma de la AMB y de la FIB, pero por diferencias con los organismos perdió los títulos en el escritorio, como afirma: primero el de la federación en 2005, y después el de la asociación.

Creo que en mi país no se me ha reconocido con justicia debido a la corrupción que hay en el boxeo mexicano, pero estoy consciente de lo que he hecho a lo largo de mi carrera y eso es lo que vale; al final las cosas caen por su propio peso y el sábado estaré ante un rival de categoría y ante la posibilidad de coronar mi carrera con éxito, dice satisfecho.