El mal afectó el control de sus movimientos; 12 meses después, lucha por su rehabilitación
Domingo 1º de marzo de 2009, p. 38
Ximena tenía dos años cuando enfermó. Hasta entonces había estado sana, ya hablaba y caminaba. De repente perdió fuerza en las piernas e inició con movimientos incontrolables de su cuerpo, los cuales persisten un año después. Al principio, su mamá lo atribuyó a la vacuna preventiva de la poliomielitis que le habían aplicado cinco días antes; sin embargo, explicó Marte Hernández, infectólogo del Instituto Nacional de Pediatría (INP), la causa fue un virus de los muchos que circulan en el ambiente.
Sin causa que lo explique se instalan en el organismo y provocan daños en diferentes grados al sistema nervioso central. Los virus andan por todos lados
, son los causantes de diversas enfermedades como conjuntivitis, rinitis, neumonía, varicela y hepatitis, entre otras conocidas, aunque también existe una gama muy amplia de afecciones que igualmente son ocasionadas por virus, como la encefalitis (inflamación del cerebro).
En todos los casos, los pacientes sufren algún tipo de daño cerebral, como Ximena, señaló el especialista. Sobre este caso, Hernández descartó la posibilidad de que la vacuna antipolio tuviera alguna conexión con el deterioro en la salud de la menor.
Dijo que la experiencia internacional en el uso del biológico reconoce la existencia de complicaciones en uno de cada 2.4 millones de niños que reciben por primera vez la vacuna, generalmente a los dos meses de edad. Los infantes pueden presentar polio paralítica asociada al medicamento.
En el caso de Ximena, había recibido, al menos, tres dosis previas, conforme a lo establecido en el esquema universal de vacunación, por lo que su organismo ya contaba con anticuerpos contra el virus. Lo que recibió hace un año fue un refuerzo que no está vinculado al inmunológico, afirmó.
Por el contrario, es más factible que la niña haya sido afectada por algún otro virus, de los que provocan inflamación del cerebro y cuadros de ataxia (disminución en la capacidad de coordinar movimientos musculares de manera voluntaria). Explicó que los virus se adquieren por vía oral y curiosamente son más agresivos en personas sanas.
Ocurre que mientras más sano está el individuo tiene sus células más enriquecidas y ahí los virus se multiplican mejor, lo que no ocurre en los niños que se encuentran en condiciones menos favorables.
El experto, adscrito al servicio de infectología del INP, comentó que estas afecciones son frecuentes en los hospitales de alta especialidad y el principal problema que enfrentan los médicos es que en este tipo de padecimientos el pronóstico es complicado. En muchas ocasiones es imposible responder las dudas de los familiares, como que si el daño es grave, si se va a curar y el tiempo que su hijo deberá permanecer en el hospital.
Así le ocurrió a Ximena, quien recibió atención médica en el IMSS y desde hace algunos meses está en terapia de rehabilitación, con algunos avances físicos y diversas complicaciones económicas, explicó su mamá, una joven de apenas 20 años.
Debido a que se encuentran en una situación económica precaria, ha solicitado apoyo en varios organismos, incluso sectores filantrópicos, pero le dijeron que la lista de espera era muy larga. Actualmente Ximena asiste a la Asociación Pro Personas con Parálisis Cerebral (Apac), donde recibe terapia y su familia confía en que logrará recuperar el control de sus movimientos. El reto para sus padres es poder llevarla los días que tiene asignados.