La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner convocó hoy a la solidaridad y unidad de todos sus compatriotas para continuar sosteniendo el modelo “de acumulación e inclusión", reiteró sus críticas al sector agropecuario y advirtió que el Estado no dudará en intervenir en las áreas de la economía que considere necesario para amortiguar el impacto de la crisis financiera internacional.

Al inaugurar la 127 periodo de sesiones del Parlamento, la gobernante peronista no formuló anuncios sobre nuevas medidas, frenando crecientes rumores de que se aprestaba a nacionalizar el comercio de granos.

Destacó los logros de su administración, así como la de su antecesor (encabezada por su marido Néstor Kirchner) al recordar que el Producto Interno Bruto creció 66 por ciento desde 2003, la recuperación de Aerolíneas Argentinas, y la llamada ley estructural con la que el Estado administra nuevamente las pensiones (AFJP) así como los aumentos a las jubilaciones y anticipó el envío al Congreso de la ley de radiofusión, lo que consideró como una vieja deuda de la democracia.

Respaldo multitudinario

En un recinto legislativo rodeado por una multitud que manifestaba su respaldo a la presidenta, Fernández de Kirchner instó a comprometerse para seguir trabajando por Argentina, sin agravios, descalificaciones ni violencia, que tanto daño, dolor y tragedia han traído al país.

Llamó a debatir “sin querer imponer una idea al otro. No podemos seguir maltratando al sistema democrático en su conjunto, porque tenemos demasiadas experiencias nefastas por no respetar la institucionalidad y no funcionar en forma democrática".

Se refirió al paro que los docentes comenzarán este lunes en varias provincias y esta capital, si bien señaló que las medidas de fuerza perjudican al país destacó la disparidad de salarios, y en referencia a los jubilados la mandataria dijo que tenía el honor de haber enviado la ley de movilidad para éstos y los pensionados que alcanza a seis millones de personas y a un millón 800 mil que ingresó por la moratoria.

También recordó el envío al Parlamento la resolución 125 para un incremento de los impuestos a los exportadores, especialmente de soya, en medio del conflicto con las patronales rurales, y que su gobierno había aceptado el rechazo, pero señaló que si hoy estuviera esa ley la alícuota de los derechos de exportación sería inferior a los vigentes y se habrían beneficiado miles de productores por los subsidios.

La jefa de Estado hizo estas afirmación con el vicepresidente Julio Cobos a su lado, quien definió la votación del proyecto, que estaba en empate, al rechazar la propuesta del gobierno.

Entre otros avances dijo que se había instalado uno de los planes más importantes de infraestructura que recuerda la historia, con 74 mil millones destinados para la incentivación del consumo, y seguiremos tomando medidas para sostener el empleo y la actividad económica.

La presidenta destacó especialmente como tema central la política de derechos humanos y la actuación del gobierno y el Congreso que cumplieron su parte enviando proyectos y votando entre otros la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, e instó a la justicia a acelerar el juzgamiento de los responsables de delitos de lesa humanidad durante la pasada dictadura.

Al analizar la crisis internacional y destacar que esta encuentra al país en el sexto año de crecimiento consecutivo, adelantó que en la próxima reunión del G-20 su gobierno demandará un acuerdo en políticas macro económicas globales para incrementar la demanda global, “porque vemos que sólo con el fondeo de bancos que se caen no alcanza, y solicitaremos la supresión de los paraísos fiscales".

La mandataria dijo que había aciertos y errores, y que había que estar al frente de un gobierno para entender lo que se puede o no se puede hacer ante determinadas circunstancias y fue muy aplaudida en varios tramos de su discurso.