La política cultural del Estado tiene que adecuarse a un México del siglo XXI
, adelanta
La funcionaria ofrece a la comunidad artística diálogo, apertura y conciliación
El presidente Calderón me encargó exportar el talento
de los artistas nacionales, expresa a La Jornada
Miércoles 4 de marzo de 2009, p. 4
México sí cuenta con una política cultural de Estado y lo que se necesita es adecuarla a las necesidades del siglo XXI, considera Consuelo Sáizar, quien ayer fue designada presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA).
En entrevista con La Jornada, la editora y periodista nayarita adelantó que, en principio, dará continuidad al proyecto de su antecesor, Sergio Vela, en particular lo concerniente al fortalecimiento de las instituciones que integran la dependencia y el impulso del turismo cultural.
No habló aún de su equipo de trabajo. En los días siguientes habrá una cascada de remociones y ratificaciones; la atención se concentrará en las dos secretarías técnicas del CNCA, así como en los titulares de los institutos nacionales de Bellas Artes y de Antropología e Historia.
–¿No considera que este nombramiento significa sacarse la rifa del tigre, ante lo crítica y exigente, incluso difícil que es la comunidad cultural mexicana?
–Es una enorme distinción la que me ha hecho el Presidente de la República y espero que con el espíritu de diálogo, de apertura, de conciliación, podamos llegar a acuerdos, por el bien del país.
Por la dignificación de los artistas
–Desde hace tiempo se le mencionaba para suplir a Sergio Vela, y en más de una ocasión usted lo negó, la más reciente en enero.
–No tenía noticia hasta ese momento y decía lo que sabía. Estoy agradecida por la confianza que me ha expresado la comunidad cultural en varias ocasiones, por las llamadas que he recibido este martes; espero que se traduzcan en un trabajo en equipo entre la comunidad cultural y las autoridades para servir al público de México, que a final de cuentas es el pueblo.
–Durante este sexenio se ha dicho que el CNCA está en la inacción absoluta, ¿cómo lo observa usted?
–Creo que el maestro Sergio Vela, por quien tengo enorme respeto y reconocimiento por su trabajo, ha hecho una labor de reorganización del CNCA que intentaré profundizar y continuar.
El consejo es una de las instancias que distinguen al Estado mexicano, que de alguna manera su Sistema Nacional de Creadores es uno de los grandes aciertos, que tiene enormes fortalezas que espero ir desarrollando de la mejor manera posible.
–¿Existe hoy día una verdadera política cultural de Estado?
–Sí, y es una política que necesita adecuarse precisamente a un México ya del siglo XXI, que de alguna manera pueda alentar la creación de los artistas, ponerlos en contacto con el público, que es el pueblo; crear los incentivos para exportar su talento, y armar un andamiaje que les permita vivir de su creación con enorme dignidad y con gran satisfacción.
–Lo de adecuar la política cultural al siglo XXI, ¿significa que es anticuada, anquilosada o deficiente?
–En ningún momento expresé eso. Lo que debemos hacer es armar un proyecto colectivo que permita encaminarnos hacia el siglo XXI atendiendo a comunidades inéditas; por ejemplo, las relacionadas con las nuevas tecnologías que generan una nueva cultura a la que debemos ser sensibles y saber alentar, promover y darle cabida.
Debemos entender y ser sensibles a las manifestaciones culturales profundas de nuestro México, a las históricas y también a éstas que las nuevas tecnologías nos presentan.
–¿Cuál fue la encomienda que le hizo el Presidente cuando la invitó a este nuevo cargo?
–Me encargó alentar la creación de los artistas, intelectuales, creadores, así como la exportación del talento mexicano.
–El proyecto de su antecesor tenía como ejes el fortalecimiento de las instituciones culturales y el desarrollo del turismo cultural, ¿qué hará usted al respecto?
–Coincido plenamente con el proyecto del maestro Vela y lo continuaremos.
–¿Cuál es su posición en el caso de la polémica por el show de luz y sonido en Teotihuacán?
–Estudiarlo y aplicar lo que creo que podemos llevar a cabo: una disposición al diálogo, la apertura y el entendimiento.
–¿En qué situación deja al FCE?
–Es una institución que no presenta problema, está bien encaminada, creció. Como testimonio de ello, cabe señalar que de un millón 400 mil ejemplares que se editaban históricamente hasta el 30 de abril de 2002, el promedio ahora es de 4 millones 300 mil, sin haber aumentado el almacén, lo cual quiere decir que lo hicimos a base de vender más, de desplazar más libros y de poner las obras de nuestros autores en manos de más lectores. Lo dejamos con un proyecto editorial muy sólido y un presupuesto de casi 200 millones de pesos; yo lo recibí con 127 millones de pesos.
–¿Ya sabe quién la sustituirá?
–Tengo idea, pero todavía no se oficializa el nombramiento.