El atentado lleva la marca de los ocurridos en la ciudad india de Bombay: autoridades
Miércoles 4 de marzo de 2009, p. 32
Lahore, 3 de marzo. Al menos ocho paquistaníes, seis policías y dos civiles murieron hoy durante un ataque perpetrado por hombres enmascarados contra el autobús en que viajaba el equipo de críquet de Sri Lanka; siete jugadores y el entrenador británico resultaron heridos.
Las autoridades paquistaníes se declararon en estado de guerra
tras el atentado que, señalaron, lleva la marca de los ataques ocurridos en noviembre pasado en la ciudad india de Bombay.
La emboscada ocurrió a unos metros del estadio Kadafi en Lahore, al este del país, donde este martes los equipos de Sri Lanka y Pakistán disputarían el tercer día de un encuentro de cinco jornadas.
Los hombres dispararon con rifles AK 47 y proyectiles mientras arrojaban granadas contra el autobús que se dirigía al estadio.
Durante 25 minutos los atacantes se enfrentaron a tiros con las fuerzas de seguridad y luego escaparon tras apoderarse de un vehículo privado y abandonar en el lugar sus mochilas con 32 granadas de mano, 10 armas automáticas, cinco pistolas, un lanzagranadas y equipos de comunicación.
Los servicios de seguridad encontraron dos coches bomba estacionados en la zona.
Un reportero de la televisión local, que fue testigo directo del atentado, contó que cuatro atacantes intentaron detener el autobús de la selección cingalesa, pero el conductor logró alejarse y alcanzar el estadio, desde donde los jugadores fueron trasladados en helicóptero a un lugar seguro.
Jaled Farooq, jefe de la policía de la provincia de Punjab, consideró que este ataque lleva la marca de los atentados del pasado noviembre en Bombay, que dejaron 174 muertos y unos 300 heridos.
El jefe de la policía de Punjab, Khuwaja Khalid, indicó que se realizaron algunos
arrestos, pero no especificó si entre los detenidos estaban los autores del ataque.
Las autoridades sospechan que el ataque fue obra del grupo Lashkar-e-Toiba, presunto autor de los atentados en Bombay, la capital financiera de India, que fue sacudida el pasado 26 de noviembre por una serie de tiroteos y explosiones que tenían como objetivo hoteles y restaurantes de lujo, y especialmente a visitantes británicos y estadunidenses.
El administrador civil de Lahore, Khusro Pervez, señaló que ocho personas murieron, seis policías y dos civiles.
Un portavoz del Alto Comisionado de Sri Lanka en Islamabad dijo que seis jugadores y el segundo entrenador, el británico Paul Farbrace, resultaron heridos, en su mayoría por metralla.
El presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, y el primer ministro Yusuf Raza Gilani condenaron por separado el ataque.