Obama será incapaz de frenar el fenómeno, advierte investigador
Jueves 5 de marzo de 2009, p. 34
Zacatecas, Zac., 4 de marzo. El capitalismo global, que está en crisis, reforzará su control sobre la obra migrante para evitar que ésta se emancipe y conquiste derechos sociales, pronosticó el doctor William I. Robinson.
El catedrático de la Universidad de California en Santa Bárbara presentó en la Universidad Autónoma de Zacatecas un análisis sobre el impacto que tendrá la actual debacle en la vida económica y social de la comunidad migrante de origen latinoamericano en Estados Unidos.
El sistema no sabe qué hacer, porque por un lado necesita constantemente la mano de obra migrante, a pesar de la crisis, y por otro lado necesita buscar mecanismos para controlar a esos trabajadores al mantenerlos en condición de deportables.
El especialista advirtió que en Europa ya se aplican mecanismos como la militarización, la criminalización y el control social del inmigrante
, y este modelo ha comenzado a aplicarse en otras regiones.
Estas políticas militaristas y de control social, expuso Robinson, se aplican en México y en otros países de América Latina mediante instrumentos como el Plan Mérida y los programas de la FBI (Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos) en varios países de América Latina, que son expulsores de mano de obra
. La idea de las elites capitalistas afirmó, es trasnacionalizar
el control militar y la criminalización de los migrantes.
Este embate ignominioso
contra los trabajadores genera importantes dividendos al capital trasnacional. La guerra contra los inmigrantes se vuelve muy rentable. Hay intereses muy poderosos que buscan mantener este esquema y Barack Obama no puede enfrentarlos, aunque quisiera
.
Robinson expuso que la actual crisis económica y financiera global genera una contradicción fundamental, denominada sobreacumulación: los oligarcas del mundo “han acumulado tanta riqueza que no saben qué hacer con ella y el sistema se queda estancado.
“Estamos en una clásica crisis de sobreacumulación. A partir de loa atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 entran en vigencia dos mecanismos para enfrentar la crisis y evitar un colapso: la especulación financiera y la acumulación militarizada, lo que acelera la desestabilización de las clases populares y las economías nacionales; a partir del siglo XXI se incrementan en las grandes ciudades del mundo la especulación en bienes raíces, en los mercados bursátiles, de divisas, energéticos y alimentarios.
Asimismo aumenta el endeudamiento de las clases populares y después se especula con ese endeudamiento; de tal manera, a partir del siglo XXI tenemos el capitalismo global de casino, y crece la brecha entre el capital ficticio y el capital real
.
Por ejemplo, indicó, el Banco Mundial calcula que en un año el intercambio de bienes y servicios a escala global (economía real) asciende a ocho billones de dólares. En tanto, en la especulación financiera global se realizan transacciones por siete billones de dólares cada 48 horas.
La política de Obama hacia América Latina, auguró, consistirá en contener y aislar a Venezuela y Bolivia, y apoyarse en sus principales aliados: México y Colombia, así como buscar ciertas reformas para contener las luchas sociales y hasta revolucionarias
que están surgiendo en esa parte del continente.
La comunidad migrante y la izquierda en general deben prepararse para contener el reformismo desde arriba
que impulsan magnates como George Soros.
En México y otros países, alertó Robinson, la derecha protofascista ha empezado a fusionarse con el capital trasnacional y el poder político reaccionario
.