Faltó coordinación y eficacia al no detectar el auge del crédito y la crisis que desataría
Reconoce que sus advertencias antes de la turbulencia fueron aisladas y poco específicas
Sábado 7 de marzo de 2009, p. 19
Washington, 6 de marzo. El Fondo Monetario Internacional hizo una fuerte autocrítica el viernes por sus errores a la hora de identificar las raíces de la crisis actual y reconoció no haber estado a la altura de su trabajo como principal supervisor del sistema financiero mundial.
En una serie de documentos que analizan las primeras lecciones de la crisis, el FMI culpó a la falta de coordinación en la supervisión y a la ineficacia de sus mensajes por no haber podido detectar a tiempo que el auge del crédito podría explotar de una manera dramática.
Además, el Fondo dijo que las advertencias antes de la crisis, incluyendo las suyas, fueron muy aisladas y poco específicas para forzar a los gobernantes a actuar.
Entre la larga lista de sus fallas, el FMI reconoció que su supervisión no detectó o que subestimó los riesgos, mientras que las evaluaciones optimistas y los mensajes generales alentaron la autocomplacencia.
Esta crisis ha sido una llamada de alerta para reconsiderar la efectividad de la arquitectura de las finanzas internacionales y en particular para los mecanismos para detectar los riesgos sistémicos
, dijo Reza Moghadam, director del departamento de políticas y revisiones del FMI.
Moghadam señaló que la crisis reveló fallas no sólo en la supervisión mundial sino en la coordinación de políticas y la regulación transfronteriza.
El FMI sostuvo que el debate de políticas mientras avanzaba la crisis fue fragmentado y aislado en todos los foros, incluyendo al mismo Fondo, al Foro de Estabilidad Financiera y al Banco de Pagos Internacionales, cada uno con sus propias misiones.
Cuando había identificado varios riesgos potenciales en sus informes e investigaciones sobre el estado de la economía mundial, sus mensajes fueron derivados en lentas discusiones o listas de preocupaciones, dijo el Fondo.
También afirmó haber subestimado los lazos entre los riesgos macroeconómicos y el desarrollo en los mercados financieros domésticos.
El Fondo afirmó que sus evaluaciones mayormente optimistas alentaron una visión positiva sobre los países avanzados y la innovación financiera.
Desde hace tiempo, economías de mercado emergentes, incluida China, se quejan de la falta de imparcialidad del FMI a la hora de repartir de asesoramiento a las economías avanzadas, que a menudo ignoran sus consejos.
El FMI dijo que su vigilancia reflejó la opinión generalizada de que los países avanzados con inflación relativamente baja y estable y un sector bancario con suficiente capital, podrían soportar la caída en la vivienda y los mercados de capitales.
Dijo que advirtió en reiteradas ocasiones sobre los riesgos de los desequilibrios mundiales, aunque reconoció que a medida que los desajustes aumentaban sus alertas se hicieron más débiles.