Con una demoledora ofensiva de 13 imparables entre los que se contaron seis jonrones, el subcampeón Cuba derrotó 8-1 a Sudáfrica en el choque inaugural del grupo B del Segundo Clásico Mundial de Beisbol, la tarde de ayer en el Foro Sol de la Ciudad Deportiva.

De acuerdo con el formato del relampagueante torneo, los cubanos enfrentarán el martes al ganador del choque entre Australia y México, mientras que los sudafricanos enfrentarán este lunes contra el perdedor de este último encuentro.

Se enfrentaban los dos únicos equipos amateurs. Por una parte Cuba, el multimedallista olímpico, panamericano y centroamericano, contra un bisoño equipo que tiene una liga de beisbol amateur respaldada con algunos jugadores que han estado en sucursales de equipos de Grandes Ligas, pero ninguno de ellos se ha tomado lo que se dice en el argot beisbolero una tacita de café en equipo grande.

El Foro Sol, enclavado en las instalaciones de la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca y junto al Autódromo Hermanos Rodríguez, hacía pensar que el buen número de aficionados asistentes presenciaríamos una carrera con un bólido de Fórmula 1 (Cuba) y un auto de categoría turismo (Sudáfrica), pero pese a lo holgado del marcador fue un choque interesante.

Primero porque Cuba, como todo mundo sabe, es una máquina de jugar beisbol, además de presentar un cuadro con gran ofensiva y defensiva, pero los sudafricanos –organizadores de la próximo a Copa del Mundo de Futbol de 2010– puede decirse que hasta sorprendieron.

Cuba dio muestras de su poderío con un sólido pitcheo de Norge Vera, quien había retirado en línea a 11 sudafricanos, hasta que en la cuarta entrada Jonathan Phillips se le embasó al negociar un pasaporte. Luego, en el quinto, Brett Willemburg pegó un sencillo y aunque salió en una doble matanza por roletazo a tercera del receptor Kyle Botha, el siguiente en el orden Karl Neitz le atizó otro. Fueron, pues, los dos únicos imparables que recibió Vera. A cambio de ello, sus toleteros conectaron seis cuadrangulares, dos de ellos de Frederich Cepeda en la primera y en la tercera entradas. Los otros cuatro fueron de Alfredo Despaigne, en la segunda; de Héctor Olivera, en la quinta, y de Yulieske Gourriel, en el mismo episodio, para cerrar en la sexta con el de Yoennis Céspedes.

Se esperaba que Cuba ganara por nocaut (diferencia de 10 carreras hasta la séptima entrada), pero no fue así. Los sudafricanos se fajaron y llegaron hasta el último episodio, en el que Martin Gordon quien se había embasado en bola ocupada, avanzó a la intermedia en pasbol de Ariel Pestano y anotó con sencillo productor de Jonathan Phillips, carrera que celebró gran parte del público, porque ahí se rompió la blanqueada de los antillanos.