Lunes 9 de marzo de 2009, p. 37
Guadalajara, Jal. Una semana después de que los restos de Heliodoro Hernández y Francisco Silva –quienes fundaron y encabezaron en la entidad, respectivamente, la Confederación de Trabajadores de México y de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos– fueron depositados en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, la Coordinadora Estatal del Movimiento Urbano Popular organizó un acto de repudio, por considerar que ambos personajes “representan la peor y más gangsteril ralea del corporativismo sindical” y su distinción post mórtem obedece a un pago de “favores políticos” del mandatario Emilio González Márquez y de legisladores panistas.