Chínipas, Chih., 8 de marzo. La alta burocracia se ha convertido para la sociedad mexicana en una rémora, con un alto costo para el país que en el mejor de los casos visita las comunidades cuando su partido requiere el voto, pero que una vez conseguido no vuelve para cumplir sus promesas, sostuvo aquí Andrés Manuel López Obrador.

Eso que se llama la clase política está totalmente divorciada del pueblo; mientras los mexicanos padecen aislamiento y marginación, ellos se dan la gran vida, con salarios que en el caso de los ministros de la Corte son del doble de los que gana el presidente de Estados Unidos, Barack Obama; o en el de los senadores, cuyos ingresos son de dos a tres veces superiores a los de legisladores europeos, denunció.

Eso, agregó López Obrador, es lo que queremos que ya no siga pasando, ya no queremos que ese grupo se mantenga a costa del retroceso del país, donde hay más pobreza, desempleo y carestía de la vida, orígenes de la violencia. Esta clase política ha cobijado también a un grupo de potentados que ya acapararon todo, un puñado de personas que se apoderó de la Presidencia de la República y del presupuesto federal.

El tabasqueño concluyó con una reunión informativa en Chínipas y otra en Témuris su visita por los 67 municipios de la entidad, a cuyos habitantes convocó a cambiar una política económica que ha empobrecido a los mexicanos. Si queremos serenar a la sociedad, tiene que haber oportunidades de empleo, tiene que haber oportunidades educativas, tiene que haber bienestar, insistió tras señalar que el movimiento que encabeza va a hacer lo que sea necesario para que el presupuesto se oriente a defender al pueblo.

Porque si esto sigue así, va a haber más violencia; la violencia es el fruto podrido de 26 años de una política económica equivocada que ha cerrado las puertas de las fuentes de empleo y de las oportunidades, dijo luego de enfatizar, en un estado azotado por la violencia, que ésta no se detendrá contratando más policías o trayendo más soldados, sino generando opciones para sus habitantes, pues aquellas medidas han evidenciado su fracaso porque deben ir acompañadas de empleos, educación y apoyo a las actividades productivas.

A lo largo de su recorrido, López Obrador dijo a los centenares de simpatizantes que se reunieron a escucharlo en las diferentes plazas públicas, que el motivo de su visita es informar a la gente sobre el movimiento que encabeza.

Muchos no lo saben, porque hay mucha desinformación debido a que quienes se sienten dueños del país no les conviene que haya un cambio, porque a ellos les ha ido muy bien y por eso prefieren que las cosas se queden como están, aun cuando esto signifique acabar con el país. Por eso es que insistimos en la necesidad de cambiar la vida pública del país.

Recordó que en 2006 hubo una guerra sucia en su contra, promovida por los grupos enquistados en el poder político y económico. Contrataron a publicistas de Estados Unidos y de España, quienes sembraron miedo entre la gente diciendo que nosotros éramos un peligro para México, que si ganábamos, como lo hicimos, iba a haber una devaluación, fuga de capitales, que se perderían empleos y que las empresas tendrían que cerrar, eso que lamentablemente está pasando ya. Allá no funcionó y acá tampoco porque descaradamente nos robaron la Presidencia, por eso es que venimos a informarles, porque en los medios de comunicación no quieren que ustedes sepan nada de nosotros, sostuvo.

Tanto en Chínipas como en Témuris subrayó que los caciques duran hasta que el pueblo quiere. Ahora la gente está despertando más y el tiempo y las circunstancias nos siguen dando la razón.

A manera de conclusión de su visita por Chihuahua, López Obrador denunció un fenómeno que se repite en casi todo el país, el de un pueblo pobre y un gobierno rico. Aquí en Chihuahua, tanto el gobierno como las empresas mineras comparten la responsabilidad de la situación de pobreza e inseguridad, en el caso de las empresas porque la explotación minera no es equitativa, ellos se lo llevan todo y la gente se queda con muy poco, mientras que el gobierno es incapaz de poner freno a la voracidad de estos empresarios, concluyó.