En lo que va de la administración de Felipe Calderón, en la lucha contra la delincuencia organizada han perdido la vida 884 policías y 89 militares; la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal ha detectado que lavacoches que inicialmente se convirtieron en espías del narcotráfico, en tres meses se vuelven sicarios.

Durante un taller para informadores, el subsecretario de la SSP federal, Facundo Rosas Rosas, dijo que una de las causas de la violencia en el país es el cierre de la frontera de Estados Unidos como consecuencia de los atentados de septiembre de 2001, y por la generación de un mercado interno de consumo.

Se dio a conocer que la SSP federal pretende contratar en este año a 10 mil universitarios como agentes federales que desarrollen acciones de inteligencia contra el crimen organizado.

Según un estudio de la SSP federal, en 2007 y 2008 el mercado de las drogas en Estados Unidos sufrió cambios debido a la disminución de la oferta de cocaína y metanfetamina, con el consecuente incremento en su precio y la ampliación de las áreas de consumo hacia países que fungían como puntos de tránsito, como México y, gradualmente, Guatemala.

Para Facundo Rosas, en caso de que el gobierno de Estados Unidos decidiera enviar tropas a su frontera sur, posiblemente incrementaría la violencia en México, debido a que sería menor el flujo de droga hacia aquella nación.

A pesar de reconocer que la SSP y el gobierno mexicano carecen de metodología para calcular las ganancias de los narcotraficantes, el monto de lo que destinan a compra de armas, vehículos y pago de protección a policías y servidores públicos, el subsecretario Rosas aseguró en su estudio, titulado Panorama del combate al crimen organizado, que se ha confirmado que los grupos de narcotraficantes distribuyen sus ganancias en los siguientes rubros: pago de mercancía; adquisición de la logística criminal (armas y vehículos) y pago de protección institucional para garantizar el traslado, distribución y venta de droga al menudeo.

Señaló que las causas de la violencia desatada en los últimos años entre otras razones [radican] en el cobro de deudas, para lo cual ya no se practica la negociación, sino que ante cualquier incumplimiento, los sicarios recurren al homicidio y la decapitación; el control de mercado de las drogas y otras mercancías, incluyendo artículos pirata; el control de corredores o rutas para garantizar que las mercancías lleguen a su destino final.

Sinónimo de éxito

“Los grupos del crimen organizado siguen fomentando la contracultura del narco, posicionándola como sinónimo de éxito y referente para los jóvenes”, pero, dijo, algo preocupante es que “los grupos del crimen organizado han extendido el empleo de informantes, a quienes contratan a cambio de cantidades que van desde 2 mil hasta 5 mil pesos semanales y se conocen como halcones, estacas, puntos, patrullas, postes, ventanas.

Posteriormente son reclutados para escalar a sicarios, existiendo la posibilidad de que lleguen a ocupar niveles de liderazgo intermedio o quedar al frente de las organizaciones en poco tiempo. La edad promedio de los sicarios es de 24 años, agregó Rosas.