Buenos Aires, 20 de marzo. Agricultores argentinos iniciaron hoy una nueva huelga de siete días sin venta de cereales ni ganado, en un endurecimiento del reclamo por la eliminación o baja del impuesto a las ventas externas de soya, el principal cultivo de Argentina.

Decidimos declarar desde las cero horas del sábado hasta las 24 del viernes 27 de marzo el cese de comercialización de cereales, oleaginosas y ganado gordo en pie para faena, afirmó el dirigente Mario Llambías, en rueda de prensa de la Mesa de Enlace, que agrupa a unos 250 mil productores.

Llambías dijo que la medida de fuerza no frenará la venta ni el traslado de los alimentos perecederos, como una forma de evitar un eventual desabastecimiento.

La medida fue decidida en rechazo al sorpresivo anuncio el jueves de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, de repartir 30 por ciento de la recaudación por derechos de exportaciones de soya a las provincias y los municipios, lo que equivale a girar unos mil 800 millones de dólares anuales.

El paro es por este nuevo agravio del gobierno al productor argentino, dijo el dirigente rural Hugo Biolcati, sobre el decreto de la presidenta, quien estableció la división con las provincias de los tributos a la exportación de soya, que ocupa casi 60 por ciento de la superficie sembrada del país.

El comienzo de la medida de fuerza tuvo lugar en una jornada en que centenares de productores se lanzaron a bloquear rutas, inclusive la carretera que permite la circulación de mercancías dentro del Mercado Común del Sur.

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, negó este viernes que la medida tomada por Fernández de Kirchner haya tenido intenciones políticas, y señaló que quienes creen que se adoptó para generar una división entre los productores y los gobernadores provinciales le buscan la quinta pata al gato, y criticó los bloqueos de las carreteras.