Felipe Calderón es “la rencarnación y la evolución de Antonio López de Santa Anna; el santanismo gobierna actualmente a México: un grupo oligárquico, trasnacionalizado, vendepatrias, gente sin apego al territorio ni a la cultura del país”.

De acuerdo con el antropólogo Gilberto López y Rivas, al frente del país se encuentra una clase traidora, como la hubo durante la guerra de 1847 contra Estados Unidos, en la que se perdió la mitad del territorio.

En ese sentido, persisten los riesgos para México en su relación con Estados Unidos: Siempre ha sido de pérdida, nunca hemos ganado absolutamente nada, al contrario, hemos recibido más agresiones que cualquier otro país.

López y Rivas es autor de un libro que se ha vuelto referencia obligada en la materia y al cual le tiene particular aprecio: La guerra del 47 y la resistencia popular a la ocupación. Es resultado de la investigación y tesis con la que el autor obtuvo su doctorado en Antropología por la Universidad de Utah. La primera y segunda ediciones fueron publicadas por editorial Nuestro Tiempo en 1976 y 1978, ya con el título La guerra del 47 y la resistencia popular a la ocupación. En 2006 la editorial cubana Ciencias Sociales publicó la tercera edición.

Edición necesaria

Por la pertinencia del tema, y como manera de contribuir a la reflexión sobre el proyecto histórico imperialista de Estados Unidos, tan activo en el siglo XIX como en el presente, Editorial Ocean Sur acaba de publicar la cuarta edición del libro.

El primero de los tres capítulos en que está dividido el libro –explica López y Rivas en entrevista– aborda de manera general la idea del destino manifiesto, que sustentan la expansión estadunidense territorial, ideológica y política.

El segundo capítulo describe cómo eran las provincias del norte durante la colonia; después analiza la forma en que se asienta el poder estadunidense en esas provincias y, finalmente, cómo se apodera de ellas.

Frente al país se encuentra una clase traidora, como en la guerra del 47, afirma el autor en entrevistaFoto Yazmín Ortega Cortés

En el último capítulo relato toda la historia de la resistencia, primero en el contexto de una violencia permanente contra los mexicanos, desde que termina la guerra, en 1848.

Una de esas formas de resistencia fue el bandolerismo social, que no es otra cosa que el surgimiento de personajes justicieros a la manera de Robin Hood, que robaban a los gringos para darles a los mexicanos.

Dos personajes representativos de ese bandolerismo social fueron Joaquín Murrieta y Juan Nepomuceno Cortina, de quienes Gilberto López y Rivas da noticia en su libro.

–¿La llegada de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos no abre la posibilidad de un cambio en esa relación?

–La guerra del 47 se observa desde una perspectiva marxista, por tanto hace un análisis de las estructuras socioeconómicas que dan lugar a personas como los invasores o quienes los apoyaron. De tal manera que, si partimos de un análisis similar, diría que Obama tiene grandes limitaciones para cambiar la ruta establecida por sus predecesores.

“Tal vez cambie la forma, pero Obama, por ejemplo, asume la guerra de Irak y ya pospuso un año la salida de tropas. Como jefe de las fuerzas armadas estadunidenses ordenó en Afganistán bombardeos a aldeas civiles. Como senador se opuso a como se lleva a cabo la guerra, pero no a la guerra en sí.

“No he escuchado que esté contra la esencia imperialista que sostiene la economía, la ideología y la historia de Estados Unidos.

Los discursos de Obama son muy floridos, pero no veo posibilidades de que promueva un cambio radical en las relaciones de Estados Unidos con el resto del mundo.

La guerra del 47 y la resistencia popular a la ocupación se presenta mañana a las 18 horas en las oficinas de Editorial Ocean Sur, Juan de la Barrera 9, colonia Condesa.

Los comentarios estarán a cargo de Roberto Regalado, director de la revista Contexto Latinoamericano; David Deutschmann, director de Ocean Sur, y Luis Hernández Navarro, coordinador de Opinión de La Jornada.